Cómo no, también en este ámbito surge la pregunta de si uno “es” o se “hace” emprendedor. Y claro, antes de eso, lo que faltaba en nuestra sociedad y en nuestro sistema es la oportunidad de planteárselo, es decir, de cuestionarse como una opción más esta vía vocacional de la empresa y el emprendimiento.
Si no probamos una comida no podemos decir si nos gusta o no; si no pensamos sobre la posibilidad de ser empresarios no podemos discriminar ese camino respecto a otros. Y otro punto a resaltar es que esto es una vocación y un modo de ser y de vivir, un estilo de vida con sus condiciones, ventajas e inconvenientes, y sólo si este es nuestro camino, es nuestro deseo y convicción merecerá la pena y seremos capaces de asumir desvelos, incertidumbres, adversidades, injusticias…
Sólo si es nuestra vocación auténtica estaremos dispuestos a no cobrar para que otros cobren, a pagar impuestos aunque no nos paguen, a generar y mantener empleo aun a costa de nuestros sacrificios; a arriesgar nuestro patrimonio, nuestra tranquilidad y cualquier seguridad por hacer las cosas a nuestra manera o por una manera de hacer las cosas.
Y después de conseguir discernir dentro del abanico de opciones vitales y considerarla como una más, todo entrenamiento y toda preparación es importante, imprescindible y nunca suficiente. Porque ser emprendedor y empresario exige ser una alumno de todo para siempre.
Ángel Luis Gómez Díaz. Socio–Fundador y Director General de la Firma ÁREA, ABOGADOS Y ASESORES