YO SOY DE BOLONIA

¿Bolonia? ¿Qué es Bolonia? Hasta donde yo tenía entendido Bolonia era una bonita ciudad italiana que acabó dando nombre al plan de restructuración más famoso y polémico de la universidad española y europea.

El famoso Plan Bolonia era mucho más antiguo de lo que muchos pensábamos. Nació allá por 1999 en la ciudad que le da nombre, cuando todos los miembros de su primera generación estábamos haciendo la primera comunión. En ese momento los ministros de educación de los países miembros de la por entonces Comunidad Económica Europea decidieron crear el Espacio Europeo de Educación Superior con el objetivo de armonizar y mejorar la universidad europea.

Diez años después empezaría el primer curso del plan Bolonia en muchas de las universidades españolas, en un clima de polémica y muchas críticas por parte de los estudiantes y profesores. Nadie consiguió parar aquello; y fruto de ello somos la primera generación de Bolonia, los primeros “Graduados”. Pero, ¿realmente las críticas surgieron por el contenido del Plan o por el miedo a cambiar, evolucionar y avanzar?

En mi opinión existe un miedo al cambio en la sociedad, todo el mundo se acomoda y no le gusta cambiar y evolucionar a lo desconocido, sin ni siquiera dar una oportunidad a los cambios para ver si son positivos o negativos. Las personas tendemos a ponernos a la defensiva en cuanto escuchamos la palabra cambio.

A día de hoy mucha es la gente que sigue criticando el nuevo modelo y defendiendo el antiguo. Es obvio que el nuevo tiene bastantes deficiencias y que es mejorable, pero también es cierto que tiene muchas cosas positivas y buenas de las que nadie habla. ¿ Podemos pensar que los planes de estudios de los años 50 y 60 se adaptan a la realidad, las necesidades de la sociedad y el mundo laboral actual?

Realmente por mucho Plan Bolonia que se haya instaurado , las cosas han cambiado, pero ni tanto como parecen ni tanto como se necesita; porque muchas veces los cambios dependen de las personas, y cuando las personas que tienen en su mano cambiar y progresar no quieren, es inútil. Por eso el progreso de la universidad en gran parte depende de las ganas y la pasión de los profesionales que la conforman, y se podrán hacer planes en una línea o en otra; pero lo fundamental es trasmitir y sensibilizar a las personas sobre la necesidad de avanzar hacia el futuro e innovar.

Se podrá estar a favor o en contra de ciertas cosas del Plan Bolonia, se podrá mejorar o empeorar, pero en mi opinión hasta cierto punto ha sido positivo en la universidad. Gracias a él ha habido personas que han visto la posibilidad de avanzar y de usarlo como una herramienta orientada hacía el futuro, como una oportunidad para dar una formación más práctica, útil e innovadora.

Que más dará ser Licenciado que Graduado. Lo importante no es el nombre, si no la persona que hay detrás de ese título, sus conocimientos, capacidades, valores, y sus ganas de aprender.

Termino mi reflexión haciendo hincapié en la idea de cambiar, mirar hacía delante e intentar avanzar hacía el futuro sin miedo a los cambios. Los cambios pueden ser buenos o malos, pero para descubrirlo hay que experimentarlos. Dicho esto, Bolonia puede ser mejor o peor, gustar mas o menos; pero la realidad es que la Universidad algo ha cambiado o lo esta intentando poco a poco, y en mi opinión de forma positiva aunque considerablemente mejorable. Y si no hubiera sido por el Plan Bolonia y por este pequeño avance en la Universidad probablemente yo no hubiera podido tener esta oportunidad de experimentar y conocer el mundo laboral, ni seguramente usted estaría leyendo esto, así que para bien o para mal, con sus pros y sus contras yo soy de Bolonia.

Diego Miranda Gómez. Departamento Jurídico de la Firma ÁREA, ABOGADOS Y ASESORES.

COLEGIOS DE ABOGADOS: ESTANDARTE O ADORNO

(…) Y desde esta última consideración me permito enlazar con el posicionamiento estratégico de los colegios de abogados en la sociedad, que es el eje central, vertebrador e informador de lo que debe ser y hacer el colegio hacia sus colegiados y hacia la ciudadanía que los contempla. Y en este sentido, se echa de menos un debate interno y previo sobre el sentido de la institución, sobre su significado… que le lleve a desprenderse de esa inercia que lleva a los colegios a repetirse cíclicamente, en sus actos, en sus formas, en sus contenidos, en su organigrama… como si fueran estaciones meteorológicas. Y esa reflexión del alma de la institución debería orientarse a buscar la identidad y el sentido mismo de los colegios profesionales, en los que el mapa de recursos, los servicios, deberían ser un elemento accesorio y secundario, si acaso diferenciador y si me apuran proporcional y adaptado a las necesidades de los usuarios, apartándose de la estandarización, de los arquetipos… porque el servicio y las prestaciones del Colegio de Madrid para el letrado ejerciente en esa comunidad no puede ser el mismo que el adecuado para el letrado de Herrera del Duque dependiente del Colegio de Abogados de Badajoz. Los servicios deberían ser el adorno de la institución, nunca su seña de identidad, salvo que se entendiera como servicio (que podría serlo) la representación de la profesión misma. Pero para que esta acción fuera aceptada como el servicio y no como un servicio más desarrollado desde una dinámica anodina, se requiere una interiorización comprometida del sentido mismo del Colegio como bandera del “ser” letrados. Y ese “ser” es el que hay que definir y asimilar concienzudamente, porque la potencialidad de los Colegios pasa por centrarse en solidificar y dar firmeza al colectivo, a la masa, en dar pautas de identificación inequívocas de los valores que configuran el ejercicio profesional para estima de la sociedad. Los colegios tienen la misión de ser el escaparate de los principios esenciales de la abogacía, y de que tales principios sean percibidos y reconocidos por la sociedad. Por ello un marketing humanista y humanizador, cuidadosamente elaborado y ejecutado, sería uno de los cometidos básicos de los colegios en el espectro de tareas propiciadas por asumir esa misión social en pos de un reconocimiento actualizado de la abogacía.

A mayor abundamiento de todo ello, esa definición y proclamación incesante de los elementos definidores del “ser” letrados, tendría efectos extrínsecos e intrínsecos. Entre los primeros: serviría para transformar en visible la realidad de nuestra profesión, abrir nuevos horizontes de aprecio social, marcar líneas delimitadoras de la extensión que alcanza el ejercicio de la abogacía, rompería estereotipos que encorsetan la práctica profesional y suponen un terreno abonado para el intrusismo y la competencia desigual con otros sectores que son percibidos de forma más próxima al ciudadano (abogados para los pleitos), proclamaría un posicionamiento estratégico unido al fin social de la profesión, al sentido mismo del ejercicio, implicaría una justificación cualificada de la práctica profesional del colectivo que se ajustase a los cánones filosóficos y éticos definidos por la institución. Y para ello me atrevo a sugerir que los colegios deben recurrir a la profesionalización especializada de su organigrama, a destinar recursos ingentes en materia de comunicación, de promoción, de marketin y representación; a desarrollar programas propios destinados a informar y a formar la opinión pública sobre lo que somos y hacemos como letrados, sobre lo que nos identifica, define y califica; a promover estrategias que denoten nuestro peso en la sociedad, nuestra presencia en los foros de debate legislativo y judicial más allá de valoraciones o intervenciones ulteriores; a implementar mecanismos de diálogo social, herramientas propias que movilicen de forma proactiva a la sociedad, a los colegiados, a los poderes ejecutivos en la dirección que justificadamente propongamos… El respeto y el prestigio de nuestra profesión no debe residir en grandes edificios, glamurosos actos, ni la representación de la misma puede dejarse a la deriva de intervenciones o imágenes más o menos afortunadas de cualquier ejerciente; sino que serían el compromiso social, la conciencia colectiva, la identificación y la defensa de unos valores y principios, la cercanía al problema y a los afectados, la accesibilidad, los que habrían de sostener y amparar la estima social de la profesión, su consideración. Los colegios profesionales de abogados no pueden ser elementos recurrentes de la evolución normativa y social, sino instituciones reivindicativas, representativas, proactivas y coordinadoras; plataformas de debate, de diálogo, “turbinas” del sistema; fábricas de propuestas… Los abogados no sólo debemos ser estudiantes de nuevas leyes, sino precursores de normativa útil… y lo debemos ser como institución, como colectivo. La representación de la profesión radica notoriamente en nuestros colegios, no en determinados profesionales o firmas por grandiosa que sea su reputación o su prestigio. Lo que planteo y propongo con cierto atrevimiento pasa por desechar el desfile de “togas blanqueadas” en que a veces se convierten los colegios, en erradicar el papel de “lobby” que se atribuye a las directivas con todos los matices de “política colegial”, dar un vuelco a las motivaciones que presuntamente pueden mover a los cargos colegiales incentivando mucho más el rol de representatividad del colectivo y eliminando ese perfil promocional y honorífico de los puestos de responsabilidad. Y ello pasa por la citada profesionalización, por la dedicación exclusiva de los cargos directivos, por la elaboración de planes estratégicos, por un discernimiento interno sereno y extenso… y a lo mejor hasta por vender edificios para atesorar recursos en pos de otras prioridades. Se pretende actuar sobre la percepción de la sociedad desde la revolución interior del colectivo.Y no se me olvidan los efectos intrínsecos de subrayar y enaltecer los aspectos definitivos del “ser” en la profesión, que tienen que ver con la competitividad del colectivo, con la discriminación de las prácticas poco éticas o leales, antideontológicas; con una mayor uniformidad a la hora de presentarse a la sociedad; que implican la asimilación de unos pilares imprescindibles de la práctica profesional; que suponen ceñirse a unos parámetros consensuados que marginan las conductas y comportamientos que dañan la profesión, y van creando un camino común, un sentimiento de unidad, y unos perfiles de identificación y catalogación que simplificarán las justificaciones ante la sociedad de nuestro ser y nuestro hacer. (…)

Extracto de un artículo de Ángel Luis Gómez Díaz. Socio–Fundador y Director General de la Firma ÁREA, ABOGADOS Y ASESORES. Presidente de AJE y Secretario General de CEAJE

UNA SOLA PALABRA

Hace casi cuatro años me preguntaron cuál sería la palabra sin la que no podría vivir o qué hacía mi vida completamente diferente… Y, siendo persona de reflexión y maduración, contesté al instante: “PAPÁ”… Pocas veces, incluso después del tiempo, he estado tan seguro de una respuesta y, desde aquel día, me la repito con frecuencia, de modo que en todas las ocasiones me ratifico contundentemente en ella.

Que mis hijos me llamen, escuchar esa palabra de su voz, es mi modo de vida, lo que cambió y cambia lo que hago, cómo lo hago, porqué lo hago y para quién tiene sentido mucho de lo que hago. Eso no implica renunciar a la propia individualidad, sino más es una motivación inmejorable para alimentarla, cultivarla, evolucionarla… Mi ser es más completo con y para esa palabra y las voces que la lloran, ríen o chillan…

Es fácil apasionarse hablando o pensando de nuestros hijos, porque son esos pedacitos de vida propia, de nuestro propio “ser”, son un milagro incomparable de nuestra existencia, el motivo para todo, y la razón de casi todo… Pero es imprescindible asumir que aun siendo nuestros no son para nosotros, son para el mundo, para la vida; es importante asimilar que aun siendo un regalo y hasta un don, no son una propiedad… de ahí su extraordinaria dimensión como acto de generosidad. Nada hay más generoso que dar y crear vida.

Hace poco leí un reportaje en una revista sobre Matheu Mcconaughey, que a partir de ese día cambia mi percepción sobre él al respecto sin predilecciones especiales, porque en la entrevista central del reportaje citado afirmaba que él se hacía reiteradamente la pregunta de si era buen padre, y que responderla positivamente era esencial para avanzar y enfrentarse a todo lo demás. Rico, guapo, famoso, triunfador, envidiado… y expresa abiertamente que la piedra angular es su condición de padre y cualidad como tal. No es que sea mi ídolo, ni lo propongo necesariamente como tal, pero sí es muy reseñable que esa condición es un anclaje vital de tal magnitud que en ámbitos de referencia quizás frívola o superficial, tiene calado y presencia concreta, es un símbolo de “humanidad” que aproxima todo. También la historia cuenta que Felipe II le recomendaba a su hijo Felipe III que no se encariñase con sus hijos hasta que no cumplieran cierta edad, por los riesgos de fallecimiento prematuro… hoy vivimos desde su nacimiento pendientes de su futuro y preocupados y ocupados con nuestro presente, y los hijos necesitan y demandan nuestra vida con ellos por encima de todo… y qué difícil es, pero qué necesario descubrirlo y gestionarlo.

Estas líneas se quedarían muy cortas para mí si hubiera optado por describir lo que son y significan mis hijos en mi vida, porque hasta las letras son insuficientes cuando se trata de ello, dado que las palabras se inventaron después de la vida, y son consecuencia de ella, y por tanto son escasas ante una dimensión de ellas que personifica, dignifica y magnifica los sentimientos y los hechos: nuestros hijos. Tenerlos es mucho, todo o casi todo, te hace mejor por ti y para ellos… Desde la responsabilidad y el amor, son refugio y motivo, descanso y cansancio, satisfacción y preocupación,.. Pedacitos de ti, trozos de nuestra máxima capacidad de querer…

Y todo este rollo del Mcconaughey y de emociones, como antesala de una visión que propongo y que realmente me creo: vernos como padres, ver a los demás como padres de sus hijos, ser capaz de empatizar en ese punto en común con aquellos o aquellos con los que compartimos ámbitos diversos, más tensos o fríos… Restaría una inmensa carga de conflictividad al mundo y a nuestro modo de gestionar las relaciones. Yo lo intentaría… hay poco que perder y mucho que ganar, y hasta me parece fácil, hablar o pensar con otros y en otros como padres, y desde ahí construir soluciones. El ser vivo procrea por naturaleza, y ama su obra por inercia consustancial… Eso es algo que compartimos, en lo que coincidimos. Percibir y apreciar al “papá” que hay en el prójimo nos permite abordar la parte más humana de cualquier comunicación.

También hace un tiempo una compañera tras una negociación fuerte, me confesaba que ella se fijaba en las “actitudes familiares” de los demás para catalogarlos, es decir, en cómo eran como padres, madres, esposos o esposas para clasificarlos y gestionar la comunicación con ellos. Y esto me refuerza en mi propuesta de la “solución PAPÁ”… Mary Poppins tenía su “supercalifragilístico espialidoso” para propiciar el optimismo y la creatividad. Yo me repito y guardo en la caja fuerte de mi memoria y mi corazón, o sea, en mi alma, las voces de mis pequeños llamándome “papá”, para afrontar y regresar de cada reto… Papá es mi palabra, para siempre y desde siempre, porque su verdadera dimensión me la da también ser hijo, y necesitar y desear poder decir todavía, cada día, yo mismo: papá…

Papá es un camino, una palabra sanadora, una solución, pero sobre todo es un “ser” que lo impregna todo.

Ángel Luis Gómez Díaz. Socio–Fundador y Director General de la Firma ÁREA-ABOGADOS Y ASESORES. Presidente de AJE y Secretario General de CEAJE

A PRINCESA TEM MUDADO

Nunca foi proclive às manifestações e exaltações feministas, mais ainda me produzem verdadeira rejeição as políticas e legislações que utilizam a discriminação positiva em pró da mulher; acho que a mudança é possível sem necessidade das mesmas. Não obstante, uma sucessão de acontecimentos, notícias sucedidas nos passados dias, fizo-me repensar se estou ou não no verdadeiro.

Assim, ontem amanheceu com esta cruel notícia: mais de 30 milhões de mulheres de todo o mundo estão em risco de ser vítimas de mutilaçao genital durante a próxima década, segundo um estudo realizado pelo Fundo das Nações Unidas para a Infância (Unicef). Mas não nos equivoquemos, ainda sendo trágicas estas cifras, não é preciso ir a Yibuti, Egipto, Guiné e Somalia para ver o trato humillante que sofrem ainda hoje as mulheres. Basta com ver os comportamentos e imagens sexistas nas festas de San Fermin que têm percorrido todo o mundo, onde num clima de júbilo tudo foi valido. A conjuntura actual requer acções positivas que tutelem as máximas de não discriminação e portanto de conquista social de sectores historicamente postergados do âmbito público. A condenação social contra a ablacción é praticamente unânime em todas as democracias ocidentais. Do mesmo modo e, sem ânimo em modo algum de equiparar ambos acontecimentos, os meios de comunicação e redes sociais reagiram rapidamente em frente às citadas imagens de corpos nus teñidos de vermelho num ambiente feriado.  

Esta problemática constitui, sem lugar a dúvidas, um dos eixos principais de todo o processo de modernização e democratização de nossas sociedades. Mas, hoje mais que nunca, vemos como  a legislação por se só não é suficiente, é preciso uma mudança cultural, é preciso que se incluam nas agendas actuais dos políticos e planificadores da educação. Na infância, meninos e meninas desenvolvem processos comportamentales diferentes, razão pela qual será a educação uma das ferramentas mais fortes para mudar os estereotipos e ancoragens sociais que ao longo dos anos têm mantido diferenças carenciadas de todo o tipo de justificativa entre homens e mulheres e têm desembocbocado ainda hoje em papéis e funções sociais determinadas, dando lugar ainda hoje a uma perda de igualdade de oportunidades.

Que boas lembranças os de os contos de Walt Disney, mas não podemos obviar que o papel da princesa sumisa que espera o beijo do seu principe que a acorde do seu letargo tem mudado. A dama já não espera com os seus sapatinhos de salto, agora anda em sapatilhas prontas para dançar.

 

Mª Dolores Galán Cadenas. Advogada da Firma ÁREA, ABOGADOS Y ASESORES

MI CAMPO NO PAGA CONTRIBUCIÓN URBANA

LaSentencia de 26 de febrero de 2013 del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura ha reconocido que los terrenos que carezcan de desarrollo urbanístico no deben pagar la contribución urbana o Impuesto sobre Bienes Inmuebles.

El Tribunal Superior de Justicia de Extremadura viene a clarificar la situación tributaria de muchos terrenos que físicamente no son urbanos, y que seguramente no lo sean en mucho tiempo dada la situación actual del mercado inmobiliario, pero que así han sido calificados por la Dirección General del Catastro por estar dentro del perímetro urbano de la población.

A juicio de la Sala, una interpretación lógica y sistemática de la Ley del Catastro Inmobiliario, lleva a la conclusión de que sólo pueden considerarse bienes “urbanos” a efectos catastrales, los inmuebles considerados por el Plan General como urbanizables cuyo desarrollo de su actividad de ejecución no dependa de la previa aprobación del instrumento que tiene por finalidad su ordenación detallada. Así, no serán urbanas, a efectos del Impuesto sobre Bienes Inmuebles, las fincas incluidas en sectores cuyo desarrollo urbano dependa de la previa aprobación de un Plan Parcial o de un Programa de Ejecución.

Por tanto, atendiendo a la definición de las categorías básicas del suelo del Texto Refundido de la Ley del Suelo, la naturaleza catastral de urbano y rural definida en el Texto Refundido de la Ley del Catastro Inmobiliario se ha visto modificada y, con ella, el valor catastral de todo aquel suelo clasificado como urbanizable por el planeamiento que no tenga la condición de urbanizado, y por otro, la base imponible a efectos de cálculo del IBI.

Desde luego este cambio normativo y estos precedentes jurisprudenciales abren la puerta a posibles reclamaciones del Impuesto de Bienes Inmuebles de Naturaleza Urbana con ocasión de la notificación por el Ayuntamiento correspondiente de la liquidación del impuesto sobre terrenos que se consideran como urbanos pero que en su aspecto físico son rústicos.

En definitiva, y salvo que de oficio la Dirección General del Catastro revise los valores catastrales de los inmuebles en esta situación y los Ayuntamientos devuelvan los impuestos indebidamente cobrados a sus vecinos, situación desde luego utópica, se prevén numerosas reclamaciones en este tema.

Isabel Galán Cadenas. Abogada de la Firma Jurídica ÁREA, ABOGADOS Y ASESORES

LA DÉCADA PRODIGIOSA

Fue un año bisiesto, el Año del Mono. De indeleble recuerdo por un devastador tsunami o por los atentados del 11-M en Madrid, el 2004 inició nuestra década: dos fumatas blancas, una Princesa de Asturias y su posterior hermana, un Katrina, un Jackson Five elevado a póstumo, un primer presidente de los Estados Unidos negro -cuarto en recibir el Premio Nobel – , tres Juegos Olímpicos, una Copa de Mundial y una Eurocopa españolas después – entre otras muchas efemérides -… Aquí seguimos, a pesar de la tormenta.

Hoy que, desde el cálido departir de un bar o el fragor de una tertulia, todo el mundo utiliza de manera reiterada términos que generan debate y líneas de opinión a analizar: empresa y emprendimiento; creatividad; emigración de talentos; internacionalización; conciliación; responsabilidad social; innovación disruptiva… Encontradas por el abuso con el que se utilizan o a veces incluso su compatibilización incompatible, frivolizada o no bien gestionada o transmitida;  aquí seguimos, a pesar de la tormenta.

Como el Mono, versátiles e independientes, surgimos; como la caña de bambú, «resilientes», crecimos y nos mantuvimos. Por nuestros “stakeholders” ;); y, especialmente,  por los compañeros que ya no están, o por los que están por venir, nos quedamos con esta pregunta y su respuesta, descubierta en estos diez años:

» WHAT HAPPENS IF WE INVEST IN DEVELOPING OUR PEOPLE AND THEN THEY LEAVE US?

  • OK: WHAT HAPPENS IF WE DON´T AND THEY STAY?»

Por otros diez años más, y que ustedes lo vean con nosotros.

El equipo humano de la Firma Jurídica ÁREA, ABOGADOS Y ASESORES

ABOGACÍA VS MEDIACIÓN I

«El viaje real de descubrimiento no consiste en visitar paisajes nuevos, sino en mirar con distintos ojos.»     Marcel Proust

Desde la infancia se nos han inculcado, entre otras muchas, dos importantes ideas: la delegación de la  resolución de nuestros propios conflictos y la competitividad.

A día de hoy estas ideas/valores siguen persistiendo en nuestro fuero interno y, sin ser conscientes o siéndolo, perpetuamos esas ideas/valores.

Cuántas veces escuchamos en los parques:

  • ¡No se pega!; vamos, dale un besito a Fulanito, ¡pídele perdón!

Con estos comportamientos obligamos a los niños y niñas a no responsabilizarse de sus actos, a no dar solución a sus propios conflictos. Nos erguimos como autoridad moral en sus relaciones interpersonales; somos nosotros, los adultos, los que decidimos qué está bien y qué está mal. Y no solo eso, sino que si no se respeta nuestro criterio se ejerce un poder coercitivo contra la rebeldía o la insumisión.

– ¡Ahora te quedas en la sillita de pensar 5 minutos!

– ¡Alá, pues a casa!

No es que esté defendiendo, ni mucho menos, el que las madres y padres no eduquen a sus hijos e hijas. Eso es algo que es inherente al cargo de progenitor/a. Ahora bien: sí estoy planteando la idea de que nuestros hijos e hijas son personas competentes que tienen capacidades que infravaloramos. Es más: entiendo que es muy difícil pretender construir un mundo distinto actuando de la misma manera. Einstein ya nos advirtió: «Lo más absurdo del ser humano es querer que una cosa cambie y seguir haciendo lo mismo».

En la sociedad seguimos con los mismos patrones: papá Estado nos dice lo que está bien y lo que está mal; si surge un conflicto el juez aplicará la norma con lo que ello conlleve; previamente los ciudadanos habrán delegado su defensa en sus abogados, que serán parte interesada en el conflicto; y así, de este modo, la ciudadanía adquirirá un papel pasivo en sus propios asuntos, acabando el conflicto finalmente con un ganador y un perdedor.

Ahora se nos insta desde Europa a que utilicemos una forma alternativa de resolución de conflictos y nos encontramos con nuestra herencia de valores y métodos adquirida desde hace siglos. La mediación requiere responsabilidad y compromiso con nuestros propios actos; voluntad; y, sobretodo, no desear que la otra parte pierda para que yo gane.

Sin embargo, volvemos al momento en el que se nos inculcan los valores: desde siempre parece ser que no puedo ganar sin que el otro pierda, pero ¿cuando se asumió esto como un axioma en nuestro interior? Quizá tenga que ver y mucho el sistema educativo, basado precisamente en la competitividad, calificaciones por notas, continuos exámenes, ser el mejor de la clase, ser la persona más guapa o popular, ser el mejor expediente académico, tener éxito… Así lo dijo Ivan Ilich: “Todos miden su éxito por el fracaso de los demás.”

Entre la Abogacía y la Medición vuelve a surgir la competitividad: a ambos colectivos nos interesa el conflicto, algo esta claro, ambos colectivos pretendemos vivir de él.

La abogacía parece ver en la medición un competidor a la hora de captar clientes.

La mediación quizás vea en la abogacía un obstáculo a la hora de hacer las cosas de modo diferente.

¿Acaso existe otra visión alternativa a esta? ¿Abogacía y Medicación pueden actuar de forma cooperativa? ¿Cómo? ¿Por qué?

Tras la aprobación de la Ley 5/2012, de 6 de Julio, de mediación en asuntos civiles y mercantiles, la abogacía se ve amenazada por una nueva profesión emergente, LA MEDIACIÓN, como si fuera poco la que tenía encima con la crisis económica, además, a partir de ahora, se permite a otros profesionales el intervenir en los conflictos;  a todo ello y poco después se suma la implantación de las tasas judiciales. Duro escenario para la Abogacía en los tiempos que corren. Muchos compañeros abogados se lamentan:”¿qué sentido tiene esto de la mediación? Nosotros ya hacemos esa función, llevamos toda la vida mediando” Craso error, no habrá que confundir la profesión de mediador con la de un abogado conciliador, negociador…o que busque la solución pacífica del conflicto que se nos plantea. Conozcamos al “enemigo” antes de acabar con él.

Sirva lo expuesto como premisa para plantearnos: ¿Qué es un mediador/a?, ¿en qué se diferencia de un abogado/a?. Continuará…

Mirya Timón Morillo-Velarde, abogada en TIMÓN&MORILLO-VELARDE ABOGADOS. 

 

LA PREVENCIÓN DEL BLANQUEO DE CAPITALES Y LA FINANCIACIÓN DEL TERRORISMO: PRESENTE Y FUTURO

Desde que se fundara en París en el año 1998 el GRUPO DE ACCIÓN FINANCIERA INTERNACIONAL (GAFI), la preocupación internacional por la prevención del blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo ha sido una constante que ha tenido su reflejo en las legislaciones de los Estados. En el caso de España, la actual Ley 10/2010, de 28 de abril, de Prevención del Blanqueo de Capitales y la Financiación del Terrorismo constituye la normativa básica en esta materia.
El objetivo fundamental de dicha Ley es proteger el sistema financiero y otros sectores de la actividad económica mediante el establecimiento de una serie de obligaciones a los agentes económicos incluidos en su campo de aplicación, con cuyo cumplimiento se pretenden evitar los actos de blanqueo de capitales y financiación del terrorismo que tanta repercusión negativa tienen en nuestra economía.

Cada vez han sido más los sujetos obligados por la ley, desde las entidades financieras, y aseguradoras, hasta abogados, procuradores, inmobiliarias, o asesores fiscales. Las obligaciones básicas de diligencia debida que recoge la ley son las de identificación formal, identificación del titular real, identificación del propósito e índole de la relación de negocios y seguimiento continuo de la relación de negocios. Obligaciones que se ven reforzadas en ciertos supuestos y simplificadas en otras. Con ellas la ley pretende que los sujetos obligados adopten las medidas oportunas para detectar posibles actos de blanqueo de capitales y financiación del terrorismo de sus clientes y denunciar esos indicios ante las autoridades administrativas competentes.
Además se exige que por parte de los sujetos obligados se lleve a cabo una política y unos procedimientos de prevención adaptados a las características y peculiaridades de cada uno de ellos. Entre estos mecanismos está la adopción de una política expresa de admisión de clientes, la designación de un representante ante el Servicio Ejecutivo de Prevención del Blanqueo de Capitales (SEPBLAC), la constitución de un órgano interno de prevención del blanqueo de capitales y la aprobación de un manual de prevención del blanqueo de capitales.

Con todas estas obligaciones, no cabe sino preguntarse ¿tiene virtualidad este sistema de prevención del blanqueo de capitales en la práctica? Esta es una pregunta cuya respuesta sería mucho más sencilla de responder si se hubiera aprobado ya el Reglamento que debía desarrollar la Ley 10/2010, Reglamento que debió estar aprobado a más tardar el 30 de abril de 2011 y que, sin embargo, el Gobierno espera aprobar en este año, aunque seguramente lo más conveniente sea ser escépticos ante ese anuncio.

Está claro que la aprobación del Reglamento no sólo hubiera clarificado el contenido de las obligaciones de los sujetos obligados sino que también hubiera contribuido en gran medida a la concienciación y difusión de esta materia entre los agentes económicos.

No obstante, y a la vista del contenido del proyecto de Reglamento aprobado este año, la tendencia parece ser a la simplificación de las medidas de diligencia debida para ciertos sujetos obligados, en concreto, para los que tengan menos de 10 trabajadores y facturen menos de dos millones de euros al año.
Pero ante tanta incertidumbre, lo que si es cierto que el proyecto de Reglamento mantiene como aspectos fundamentales que contribuirán al correcto cumplimiento de las obligaciones impuestas por la ley, los siguientes:

1º. La formación de los trabajadores: la ley y el proyecto de Reglamento prestan especial énfasis a la formación en materia de prevención del blanqueo de capitales. Está claro que uno de los mecanismos más eficaces para la lucha contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo es la difusión y la formación de los empleados. Son éstos los instrumentos que contribuirán de forma segura a asentar una verdadera cultura de la prevención del blanqueo de capitales.

2º. El control por expertos externos: igual que en otros sectores, la ley recoge la obligación de someterse a una “auditoría” realizada por una persona especializada en la materia que controle el adecuado cumplimiento de la normativa de prevención por los sujetos obligados.

3º. La posibilidad de externalización de la aplicación de las medidas de diligencia debida: la ley y el proyecto de reglamento son conscientes de la tendencia actual de las empresas a externalizar ciertos servicios para ahorrar costes fijos y ganar en eficiencia, por ello, permiten que se pueda recurrir a un tercero, sometido a la ley de prevención, para aplicar las medidas de diligencia debida, a excepción del seguimiento continuo de la relación de negocios.

En definitiva, la prevención, frente al sistema represivo, es el mecanismo al que el legislador pretende dar más empuje en la lucha contra el blanqueo de capitales y, lo pretende llevar a la práctica sirviéndose de la labor inspectora y colaboradora de los agentes obligados. No obstante, y siendo consciente de las dificultades que ello supone, arbitra mecanismos que facilitan su cumplimiento, fundamentalmente la formación y la externalización. Esta será en el futuro la clave para su éxito.

Isabel Galán Cadenas. Abogada de la Firma ÁREA, ABOGADOS Y ASESORES

LA PRINCESA HA CAMBIADO

Nunca me he mostrado proclive a las manifestaciones y exaltaciones feministas, más aún me producen cierto rechazo las políticas y legislaciones que utilizan la discriminación positiva en pro de la mujer; creo que el cambio es posible sin necesidad de las mismas. No obstante, una sucesión de acontecimientos, noticias ocurridas en los pasados días me hace replantear si estoy o no en lo cierto.

Así, estos meses de atrás amanecíamos con esta cruel noticia: más de 30 millones de mujeres de todo el mundo están en riesgo de ser víctimas de mutilación genital durante la próxima década, según un estudio realizado por el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). Pero no nos equivoquemos, aún siendo trágicas estas cifras, no es preciso irnos a Yibuti, Egipto, Guinea y Somalia para ver el trato vejatorio que sufren aún hoy las mujeres, basta con ver las comportamientos e imágenes sexistas en las fiestas de San Fermín que han recorrido todo el mundo, dónde en un clima de júbilo todo valía. La coyuntura actual requiere acciones positivas que tutelen las máximas de no discriminación y por ende de conquista social de sectores históricamente postergados del ámbito público.

La condena social contra la ablación es prácticamente unánime en todas las democracias occidentales. Del mismo modo y, sin ánimo en modo alguno de equiparar ambos acontecimientos, los medios de comunicación y redes sociales reaccionaron rápidamente frente a las citadas imágenes de cuerpos desnudos teñidos de rojo en un ambiente festivo.

Esta problemática constituye, sin lugar a dudas, uno de los ejes principales de todo proceso de modernización y democratización de nuestras sociedades. Pero, hoy más que nunca vemos como la legislación por si sola no es suficiente, es preciso un cambio cultural, es preciso que se incluyan en las agendas actuales de políticos y planificadores de la educación. En la infancia, niños y niñas desarrollan procesos comportamentales diferentes, razón por la cual será la educación una de las herramientas más fuertes para cambiar los estereotipos y anclajes sociales que a lo largo de años han mantenido diferencias carentes de todo tipo de justificación entre hombres y mujeres y han desembocado aún hoy en papeles y funciones sociales determinadas, dando lugar aún hoy a una pérdida de igualdad de oportunidades.

Que buenos recuerdos nos traen esos cuentos de Walt Disney, pero no podemos obviar que el papel de la princesa sumisa que espera el beso de su principe que la despierte de su letargo ha cambiado. La dama ya no espera con sus zapatitos de tacón, ahora anda en zapatillas listas para danzar. 

Mª Dolores Galán Cadenas. Abogada de la Firma ÁREA, ABOGADOS Y ASESORES

EMPRENDEDORES: DE BICICLETAS Y GUSANOS DE SEDA… (II)

Para avanzar hacia un horizonte de oportunidades más amplias y más importantes podemos abordar áreas y conceptos que ahora se manosean por doquier, y probablemente todos ellos se expliquen mejor desde esa concepción más sencilla, más natural, más conceptual, y sobre todo pierden dramatismo ciertos debates. No obstante, abordemos algunos de esos aspectos como modo de compartir visión y cuestionamiento sobre ello sin olvidar que lo fundamental es pedalear encontrando el terreno adecuado para ello:

  • Emprendedor: concepto que por fin va a regular jurídicamente por primera vez la esperada y tan “cacareada” ley de emprendedores. Lo trata como sustantivo y al final lo proyecto de un modo tan amplio que atrae y comprende toda la actividad económica productiva, esto es, no es una especialidad empresarial, ni un tipo de autónomo, sino todo ello a la vez… lo que quizás pueda animar la conclusión que estamos más ante un adjetivo que ante un sustantivo, y más aún, considerar la actitud emprendedora como un “ser” deseable y digno de impulso en todo sujeto activo de nuestro sistema, distinguiéndolo de esa vocación propia y definida que se canaliza en distintas vertientes con semántica jurídica específica: empresario, autónomo, autoempleo… en el origen y en el destino siempre una vocación.

Sirve también este punto para enlazar con la necesidad de que ese “emprendimiento”, esa iniciativa, sea -además de productiva- continuada y ello sólo se consigue a través de interiorizar y consolidar la competitividad y la necesidad de consolidar el proyecto. Esos términos de competitividad y consolidación permitirán la transición desde la idea hasta la empresa, como instrumento más adecuado para sostener el emprendimiento en la globalidad y exigencia del mercado. Envueltos en vocación, no cabe entender la empresa sin el emprendedor, y para nuestro presente y nuestro futuro, es vital que el emprendimiento se oriente a la empresa como estructura como herramienta para competir y crecer. Y todo en el marco de un sistema que también debe ser emprendedor, en actitud y en madurez a la hora de ser responsable con el empresario y de exigir esa responsabilidad a aquel.

  • Internacionalización.- Ya es consustancial a la empresa y su desarrollo, no un apéndice, un departamento o una opción. Ahora bien diferenciemos entre internacionalizarse y vender fuera. Internacionalizarse requiere un proceso de implantación, de localización, de inversión y posicionamiento en un mercado foráneo, jugar con esas reglas y desarrollar el modelo adaptado a un territorio singular. Vender fuera, requiere producir desde un emplazamiento y dotar y comercializar en un mercado determinado. Lo primero es más caro, costoso y complejo pero más duradero, seguro y competitivo; lo segundo es más coyuntural, puntual, arriesgado… Sin entrar en matices de sectores… Y en cualquier caso ese esfuerzo debe partir de un mercado interno en funcionamiento que permita a la empresa adquirir la “musculatura” precisa para “levantar” más “peso” y moverse más y mejor. Y cuidado con no provocar que esa internacionalización acabe siendo deslocalización considerando las peculiaridades de sectores donde la clientela marca y condiciona la sede. Aunque naturalmente la perspectiva internacional debe ser elemento consustancial de la empresa y su plan, siempre entendido como proceso, como camino, porque recurrir a la internacionalización como salvavidas puede no ser la mejor opción para eso mismo. 

  • Crédito: es la piedra angular, en el sistema tal y como se ha concebido, y cualquier transición hacia nuevos modelos no puede implicar la erradicación o atropello de su necesidad, sino la corrección de abusos o la educación de usos de las partes interesadas. Y sin mayores teorías o debates macroeconómicos o de confrontación de las necesidades macroeconómicas con la realidad “microeconómica” (digo yo que de qué sirve la macro si no “sirve” a la micro), la respuesta a muchos desvelos está en aceptar que la dificultad no está tanto en la liquidez de quien presta o quien recibe, sino en la carga de riesgo que soporta cada cual… Y en este punto, se hace inaceptable que la larga travesía no haya dado a nuestros gestores para articular una herramienta paliativa o complementaria de un sistema financiero en “eterno ya” proceso de ajuste y restructuración. Ese mecanismo bien podría optimizar, concentrar y canalizar de modo eficiente los recursos y fondos con los que se dota o se destinan o se gastan en nombre del emprendimiento o en pro del mismo, por las distintas administraciones, y gestionarlos con un protocolo transparente y consensuado entre todos las partes, y donde el reparto del riesgo fuera también objeto de ese pacto. ¿Acaso no cabe ese Acuerdo por el Crédito entre Administraciones, Bancos, Empresarios, donde los mecanismos de garantía pública (SGR) dejen de ser otro compartimento oscuro e inútil en muchos casos y aporten valor para lo que se crearon contribuyendo y asumiendo parte del riesgo, los empresarios asumamos (más si hace falta…aunque parece imposible) y los bancos pongan lo suyo, en tiempo y forma que sirva?. Ese fondo de impulso y sostenibilidad se ha articulado para Bancos, para Administraciones y en cambio para aquellos que vienen siendo considerados y proclamados por todos como los activos y motores productivos imprescindibles, las empresas y los emprendedores, no encuentran esos mecanismos y esas respuestas.  

  • Fiscalidad.- Proporcionalidad, progresividad y simplicidad. Tan claro como al parecer complicado, pagar en proporción a lo que se ingresa, pagar cuando se ingresa, y pagar proporcionalmente a lo que se ingresa y con instrumentos y procedimientos sencillos, claros y ágiles. También debe ser una tarea tan titánica que apenas se comienzan a atisbar pequeños pasos en este sentido, lejos de otras realidades europeas…. y siguen sin “premiarse” suficientemente conceptos como la inversión privada, el mecenazgo empresarial… 

  • Contratación.- Tan enfrascados en discusiones sobre el sistema de despidos que obviamos la parte esencial del debate que está más próxima a: abaratar la contratación, bonificar el sostenimiento del empleo, premiar las nuevas contrataciones con reducciones y bonificaciones tributarias, simplificar el panorama de contratos… No podemos solucionar nuestros problemas aplicando fórmulas parecidas a las que lo generaron. Y eso pasa por creer, creer que la empresa no es el enemigo, y considerar que el trabajador es un activo valioso, y ambos son aliados necesarios y suficientemente maduros y responsables como para articular su relación dentro de unas reglas de juego equilibradas. 

  • Cultura Empresarial.- Mucho se pretende trabajar en esto y dará sus frutos en el futuro, pero siempre que desde el presente se cuente con los valores, la pasión y la proximidad de la experiencia del que tiene la vocación. Para sembrar esta cultura y cambiar paradigmas hay que contar con el emprendedor y con el empresario y darle visibilidad y protagonismo dentro de la labor educativa en colaboración y co-creación con los docentes para aportar desde su recorrido empírico. Pero esta cultura empresarial también debe dar como fruto un nuevo tipo de empresario comprometido, responsable, primer y último trabajador de su proyecto; y también una nueva cultura en la Administración y hacia la empresa que hará innecesarios planes y medidas para pagar pronto, porque estará en su empatía y comprensión de la empresa como tal, de su dinámica. Responsabilidad social de la empresa y responsabilidad de la sociedad hacia la empresa.

Podríamos hablar de innovación en sentido amplio, de hacer nuevo lo antiguo, podríamos hablar de inversión o de business angels, hasta de crowfounding, de networking y de mil fórmulas y conceptos que pululan entre los miles de foros y discursos que hacen suyo el emprendimiento y al emprendedor como estandarte, principio y fin… Pero eso es para otro momento, o para otros momentos, incluso para otros… sin más… Aquí se trata de animar a pedalear y de quitar piedras del camino, y levantar el telón de un escenario demasiado lleno de regidores y con pocos actores. Es el momento de promover cambios desde donde se cambian las cosas, y eso está lejos de la barra de un bar, o de la conversación de un rincón… Los foros donde se decide, allí es donde reside la oportunidad y la responsabilidad de hacer algo diferente, y si no, su destino será desaparecer… dejemos de ser “perros hortelanos” o “perros ladradores” para asumir la tarea de cambiar nuestros pequeños mundos para transformar el gran mundo, porque un poco de cada uno es más poderoso que mucho poder de alguno…

ÁNGEL L. GÓMEZ DÍAZ. PRESIDENTE AJE-EXTREMADURA. SECRETARIO GENERAL DE CEAJE. VOCAL JUNTA DIRECTIVA CEOE