LA IMAGEN A JUICIO…

Tengo una amiga que no se maquilla casi nunca. Es guapa por dentro y por fuera, pero poniéndole como yo le pondría coloretes más a menudo, ella no se maquilla. Por falta de tiempo; porque su trabajo no lo requiere necesariamente; incluso –dice- por convicción.

Tengo otra amiga que no se echa una crema. Privilegiada genética, no la necesita. Pero ya he tenido que regañarla alguna vez, porque echarse protector solar no es echarse cremas, es algo más.

Hablar del mundo de la imagen, la cosmética y los cuidados personales desde una perspectiva objetiva, aséptica, constructiva… es complicado, porque alrededor de estas cuestiones se ha generado un negocio que mueve mucho dinero. Ni siquiera se ha visto especialmente afectado por la crisis, cuando estamos hablando de una cuestión que no es de primera necesidad.

Tengo otra amiga, guapa por dentro y por fuera, que se echa cremas y se maquilla. Un día se acercó curiosa a un nuevo centro de estética, porque le gustaba la imagen que transmitía la Profesional del salón. Y se llevó una gran sorpresa, porque entró con una expectativa muy clara y salió con un diagnóstico que reflejaba que no había un centímetro de su piel o su cabello que no estuviese en estado casi de abandono, manifiestamente mejorable gracias a las cremas que casualmente ella vendía; y sólo gracias a esas cremas.

Soy especialista en la materia, porque me gusta y porque me he formado – y sigo formándome- para ello. Por eso, aunque no lo exprese siempre, lo veo. Y no es cierto que el estado de la piel o el pelo de mi amiga fuese manifiestamente mejorable. Lo cual no es incompatible con que pueda cambiar de cremas, y aquí fue donde se equivocó, en mi humilde opinión, esta Profesional.

Tengo otra amiga, guapa por dentro y por fuera, que se echa cremas y se maquilla. Principalmente porque le gusta y porque ha descubierto con ello, de hecho,  su pasión y  su inquietud por conocer ese mundo y aprender nuevas técnicas… y sobre todo nuevas ilusiones. Lo ha convertido en una forma de vida que le aporta ese punto de alegría y de color que se necesita en algunos días “grises”.

Porque echarse cremas o maquillarse tiene más que ver con dedicarse esos cinco minutos al día que todos los manuales de bienestar dicen que nos tenemos que dedicar; y por sentirnos tan guapas por fuera como lo somos por dentro. Porque sacar una sonrisa, aunque sea tímida, a una persona que se ha maquillado o dejado maquillar y se ve bien, o incluso mejor de lo que se veía antes, tiene un impacto positivo en nosotros mismos y en la relación que establecemos con nuestro entorno.

Porque si lo hacemos bien, en realidad tiene que ver con nuestro interior, y no con nuestro exterior. Pongamos ese toque de color (en su justa medida) que cada uno necesita…

Mercedes Acuña Bejarano. Consultora de Belleza, Bloguera de Moda vidas diarias

¿AGNÓSTICO DE JUZGADOS?… CONSTRUYAMOS SOLUCIONES.-

En mi ejercicio profesional y vocacional vinculado al Derecho y la empresa, con alguna frecuencia me viene a la memoria y las sensaciones el recuerdo del entrañable y honesto Don Manuel, párroco de Valverde de Lucerna, abnegado y singular protagonista del libro “San Manuel Bueno Mártir” de Miguel de Unamuno… Ese sacrificio consciente e inteligente, y su discernida opción por “no despertar al pueblo de su fe” confiando en la bondad de vivir en esa esperanza, en ese acomodado alivio… “vivir y dar vida”, recomendaba el párroco a sus interlocutores. Y cargaba con el peso infinito de su incoherencia alevosa, de su falta de fe, de su agnosticismo temeroso, como un secreto intenso y un yugo necesario para el bien colectivo.

Esas evocaciones ponderadas con detenimiento no son fruto de la casualidad sino de los choques vivenciales que salpican mi rutina, esto es, cuando mi ejercicio profesional y vocacional se topa con la actividad de un juzgado y un juzgador. Esos motores de la aplicación de la justicia personalizados y personificados a menudo se presentan llenos de imperfecciones, asumibles por su idiosincrasia terrenal y mundana (aunque algún protagonista olvide o se atribuya otra condición); y lo que es más grave y no tan excepcional, perforado por irresponsabilidad, falta de compromiso, falta de inteligencia emocional, de implicación con el fin último y esencial de hacer justicia, de falta de medios… Es demasiado frecuente asistir a la falta de proporción entre el esfuerzo y el desempeño del juzgador y la trascendencia del caso o la labor de los otros profesionales… causas muchas, realidad una: un sistema que genera más insatisfacción y desconfianza que seguridad y garantías aun estando pertrechado en muchas de ellas, que lejos de enriquecer el proceso lo hacen caducar y hasta pudrir… Un sistema donde el incumplimiento sobrevive con cierta facilidad hasta desafiante y cómplice. La ley es una excusa, el juez un ejecutor limitado y atrapado en muros de tiempo, exigencias y responsabilidades, y al final la Administración es su propia excusa para no administrar, ni justicia ni derecho.

El Derecho tiene sentido y adquiere virtualidad como camino hacia la justicia, los derechos deben encontrar amparo en la Justicia (entendida como juzgados y tribunales), los jueces son o deberían ser garantes de todo ello y canalizadores de intenciones, principios y voluntades, preceptos e interpretaciones, y eje de atracción del compromiso del resto… Este circunloquio próximo a la utopía “aterriza” forzosamente cuando folios y folios de demandas, oposiciones, escritos, palabras y discursos en sede judicial, se despachan con aparente distancia, apatía a veces hasta evidenciadas en resoluciones de “corta y pega” escuetas y estereotipadas, o incluso en un respeto disimulado o directamente en un trato irrespetuoso para quien rellena los lados del estrado…La Justicia sí está por encima como ente y concepto superior, pero quien la aplica y participa de ella debiera reconocerse como parte del sistema, y no proyectarse como “mano que mece la cuna” hasta el punto de agitarla y volcarla. No sentirse escuchado o atendido, no apreciar estudiadas y fundamentadas las resoluciones, la lentitud perniciosa de los procesos, el papeleo incesante y dilatador, son formas de injusticia de la propia Justicia.

Ante eso, la alternativa de Don Manuel se me aparece como tentación en forma de resignado silencia para no distraer y despertar al pueblo de su esperanza; de ese mal necesario y no apartarlo del sistema menos malo; pero un cierto punto rebelde me anima a osar y aspirar una transformación, a saltar caminos y muros, superar obstáculos y proponer nuevas soluciones, que se sustenten en renovadas actitudes, que quiebren y rompan con la aceptación perezosa de lo que hay, que pongan su “foco” en el objetivo, para explorar nuevas vías, métodos alternativos, donde el sujeto y el problema tengan voz y voto tangible y visible, donde el afectado participe en la solución, donde el conflicto se plantee en términos constructivos, como medio y no como fin drástico y dramático…

Por eso, y porque la innovación en el Derecho y la Justicia tiene nombre compuesto: métodos alternativos de resolución de conflictos… con mediadores cualificados, motivados e implicados, como caminos de respuestas y soluciones, deconstruir la confrontación y desmenuzarla para configurar un nuevo horizonte en forma inicial de oportunidad. Tiempos nuevos, sistemas nuevos, complementarios, oxigenadores…

Y es que lo contrario conlleva convertirse en Blasillo, el bobo, que imitaba a Don Manuel, que murió con su secreto al mismo tiempo que Blasillo con su sonrisa serena, buscando hacer el bien, pero aceptando y aprobando aquello que podía estar mal, engañándose como forma de engañar.

Ángel Luis Gómez Díaz. Socio–Fundador y Director General de la Firma ÁREA, ABOGADOS Y ASESORES

ÁREA Y LA MEDIACIÓN

Área, Abogados y Asesores cumple en 2014 diez años de trayectoria desde que comenzó a germinar cual semilla de un pequeño despacho en el que trabajaban dos abogados y un administrativo. Ya entonces, entre sentencias y expedientes, los socios fundadores de la Firma buceaban en los buscadores jurídicos comprobando qué legislación autonómica existía en España en ese momento sobre mediación, y qué cobertura tenía esta herramienta en aquellas comunidades que no habían legislado todavía al respecto, a falta de una norma nacional.

En esa dispersión normativa con diferentes criterios en cuanto a, por ejemplo, número de horas de formación para ejercer como mediador, entre otros requisitos, comprobamos que era mucho lo que quedaba por hacer; pero confirmamos que realmente era el camino que iba a dar respuesta a muchas de las cuestiones que se nos planteaban con nuestros propios clientes y sus expedientes. Empezamos a trabajar así en un proyecto integral que recogiese los tres elementos necesarios para sacar adelante cualquier proyecto de mediación:

Sensibilización y divulgación
Formación
Servicio, propiamente dicho

Hacer una mención especial a la primera persona de larga trayectoria en el mundo de la mediación que, sin conocernos de nada, siempre contestó a nuestras comunicaciones, nos orientó, nos acercó a otros profesionales de la mediación y nos facilitó textos suyos sobre mediación para que pudiésemos trabajar en el proyecto que nos habíamos planteado; sin que existiera más lazo con ella que el de su compromiso con la mediación y su amabilidad al tratarnos. Gracias, NURIA BELLOSO MARTÍN, Directora del Curso de Experto en Mediación Familiar y Directora del Curso de Especialista en Mediación Civil y Mercantil de la UBU.

Fue algunos años después cuando, tras la directiva europea sobre mediación y su necesaria transposición en España, que no terminaba de llegar, todo comenzó a moverse-removerse. Aparecieron entonces las primeras jornadas sobre mediación que, muchas de las veces, hablaban tan solo de arbitraje. Tal era el desconocimiento que había sobre la materia. Pero ya había también algunas iniciativas pioneras que realizaron una loable labor en la difusión de la mediación, como el proyecto piloto de mediación intrajudicial que llevó a cabo el titular del Juzgado de Primera Instancia nº 73 de Madrid, LUIS AURELIO GONZÁLEZ MARTÍN; que tuvimos la oportunidad de descubrir en una de las jornadas que desarrolló este juez con su equipo para dar a conocer el proyecto.

Con el anteproyecto de ley sobre mediación de 2010 prácticamente todo lo relacionado con esta materia se disparó. Se decía que la formación en mediación que se iba a exigir, en principio, sería de 60 horas; y tal y como ahora prodigan los cursos de 100 horas, en ese momento surgieron de la nada un montón de cursos de 60 horas. Si bien lo cierto es que, si en puridad no debiéramos hablar de formación realmente habilitante, en el sentido literal de la palabra, ejercieron una importante labor de difusión.

Lo cual no es vano, en principio…

En 2011 la Cámara de Comercio de Toledo llevó a cabo la VI JORNADA SOBRE MEDIACIÓN Y ARBITRAJE DE DERECHO MERCANTIL; con la idea a transmitir de: “Mediación y Arbitraje. La cultura jurídica del acuerdo amistoso y sin demora”. Y puesto que queríamos conocer de primera mano qué se hablaba en estos foros solventes sobre la cuestión, a Toledo – siempre hermosa – fuimos.

Aprovechamos para agradecer nueva y públicamente a JAVIER MESSIA DE LA CERDA BALLESTEROS, Secretario de la Corte de Arbitraje y Mediación de la Cámara de Comercio e Industria de Toledo y director académico de la jornada, su invitación a volver a Toledo para hablar sobre mediación, esta vez con él y con JOAQUÍN SÁNCHEZ GARRIDO, diputado durante la VII Legislatura, Ponente de la Ponencia del Proyecto de Ley de Arbitraje y vocal permanente de la Corte de Arbitraje y Mediación de la citada ciudad.

En esa entrañable y enriquecedora reunión nos trasladaron el esfuerzo personal y profesional que les estaba suponiendo esta aventura de la mediación, la mayoría de las veces (en aquellas fechas) a cargo en muchas ocasiones de sus propios recursos y voluntad; de su compromiso con la causa. Y a raíz de esta primera reunión comenzamos a tener otras posteriores con otras Cámaras, incluso con el Consejo Superior de Cámaras, entendiendo que estas Corporaciones, que además se encontraban (se encuentran) en periodo de transición, eran el entorno idóneo por funciones y reconocida trayectoria para llevar a cabo la mediación; incluso, como paso previo al arbitraje.

En abril de 2012 llevamos a cabo la PRIMERA JORNADA HISPANO-LUSA SOBRE MEDIACIÓN, que tuvo lugar en Extremadura, concretamente en Cáceres. Con el lema “¿Y SI MEDIAMOS?”, tuvimos la enorme suerte de contar con JAVIER WILHELM WAINSZTEIN para abrir una jornada en la que participaron representantes de la Universidad y de la Administración de Justicia de España y Portugal. Incluso hablamos de mediación on-line. Sensibilizando en mediación “tradicional” la mediación on line es casi como lanzarse al abismo… pero lo cierto es que está ahí, y en los casos para los que resulte apropiada, el contexto oportuno, con los medios específicamente diseñados para ello, y con los profesionales concienciados de sus peculiaridades, es la herramienta a utilizar. Gracias, EJUSTIC, por acercarnos al mundo de la mediación on-line.

A pesar de rondar San Jorge en Cáceres, tuvimos lleno casi total. Nuevamente nuestro más sincero agradecimiento a Javier, por aceptar nuestra invitación; un privilegio escucharle en primera persona.

En 2013 la Universidad de Extremadura contactó con nosotros para colaborar en la organización de cursos que pudieran ser habilitantes en mediación, en función de lo que la ley de mediación ya apuntaba que iban a ser requisitos y contenidos imprescindibles. A través de estos cursos hemos traído por primera vez y nuevamente a Extremadura a reconocidos profesionales de la mediación, como HELENA SOLETO MUÑOZ, directora del Máster de “Mediación, negociación y resolución de conflictos” de la Universidad Carlos III de Madrid; o JAVIER ALÉS SIOLI, director de los títulos de Máster y Especialista en Mediación Familiar de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla. Muchas gracias también a ellos por compartir con nosotros y hacerles llegar a los alumnos de estos cursos su saber y su experiencia.

Y por si alguien duda del poder de las redes, a través de facebook conocimos a ALQUIMIA. En ese mar de información que las redes transmiten y que llega un momento en el que ya prácticamente ni se ve ni se lee, nos saltaban siempre anuncios muy frescos, distintos, que no ofrecían más de lo mismo, sino todo lo contrario. Y siempre ALQUIMIA, con colorido, con el poder de esa palabra. Nos hicimos amigos y, rompiendo algunos dichos sobre la red (“eres más falso que un amigo de facebook”) nos hicimos amigos. Qué decir de ALQUIMIA, que nos ha traído a Extremadura su saber hacer y su bien contar. Tan sólo que deseamos que podamos hacerlo muchas veces más.

Esperamos que este camino nos permita seguir conectando con todos esos PROFESIONALES DE LA MEDIACIÓN CON QUIENES TODAVÍA NO HEMOS TENIDO LA OPORTUNIDAD DE CONTACTAR O COINCIDIR; siempre enriquecedores y con esa capacidad de alentar y motivar a quienes creen en este camino, pero todavía lo ven como algo utópico. Decirles que, aunque no estén nombrados en este pequeñísimo resumen de lo que han sido estos diez años, siempre encontramos la ocasión para nombrarles en nuestros cursos, en nuestros eventos de difusión, en nuestras charlas informales, en nuestros enlaces de interés, y allí donde alguien nos pide información sobre la mediación. Gracias por trasladar principalmente vuestro espíritu crítico (en el sentido más constructivo de la palabra) sobre esta materia que se encuentra, ahora más que nunca, en el momento en el que se debe asentar sobre sólidos pilares.

Y sirva la presente para apoyar a aquellos que, no teniendo la trayectoria profesional de estos grandes de la mediación, han llegado ahora a este mundo convencidos de que el mediador no es quien tiene titulación universitaria y formación en mediación por 100 horas. Esos que están intentando abrirse camino por convicción, y se están encontrando con piedras que nadie nombra en los cursos de formación, y que en ocasiones son difíciles de sortear hasta el desaliento, si no cuentan con el respaldo que debiera articular de manera coordinada este servicio, que es mucho más que un servicio.

Que dentro de otros diez años lo que tengamos que contar sea bueno, muy bueno…

ÁREA, ABOGADOS Y ASESORES

PARA QUE TU EMPRESA FUNCIONE: “EL EQUIPO A”

Era una serie de culto de mi infancia que ha dado lugar a una película más reciente que, tal vez por mis reminiscencias del pasado, no terminó de convencerme tanto como la serie, con la que disfrutaba sin reservas. La serie y sus protagonistas buscaban básicamente un entretenimiento sencillo y directo, gente decente y desamparada en apuros por culpa de malvados fácilmente identificables y muy definidos, y el grupo de rescate infalible… Pero hoy recurro a su evocación porque me parece muy ilustrativa y reveladora de lo que es el trabajo en equipo, la compactación y complementariedad de perfiles y aptitudes en pos de un fin común, y para determinar componentes o elementos indispensables en el funcionamiento de una organización: el liderazgo y la planificación y dirección; la parte creativa y más imprevisible, apasionada o atrevida; la fuerza, la seguridad y la garantía estable; la seducción, las dotes comerciales, la gestión “de calle”…

En el EQUIPO A, todo eran departamentos unipersonales pero lo cierto es que cualquiera de ellos representa una necesidad e idoneidad dentro de un colectivo. El coronel Hannibal Smith, era el líder indiscutible, meticuloso organizador y planificador, pieza de unión, referente de todos, contaba con el respeto de sus compañeros, la “auctoritas” y la visión o perspectiva más global, el “cerebro”, con un poco de las virtudes de los demás y con la gran virtud propia y exclusiva de saber dirigir con carisma reconocido. M.A. Barracus, la fuerza con cierta habilidad, estable, sensato y contenido, una garantía, leal, cumplidor, eficiente; el loco Murdock, su antítesis, atrevido, imprevisible, creativo, también leal y comprometido. Y finalmente Face, El teniente Templeton Peck, la parte comercial y seductora, el “conseguidor”, conciliador, independiente, muy útil, persuasivo, la imagen cuidada, lo más visible del equipo…

Esta suerte de brigada nos da la clave para conformar un conjunto que, bien ensamblado, configura una sólida estructura capaz de todo. Después hay que cultivar a cada uno y a todos, mantener el compromiso, sostener la convivencia, actualizar los fines, dejar siempre claros los criterios y compromisos, incentivar, estimular y motivar; pero contar con estas piezas y ensamblarlas correctamente implica un gran avance hacia el éxito pretendido. Son los perfiles a buscar cuando seleccionamos personal, cuando evaluamos nuestras carencias, organizamos la formación, cuando estructuramos o gestionamos competencias…

Todos son importantes, el conjunto es muy valioso y competitivo, cada uno completa y suple la debilidad del otro, y todos constituyen una plataforma armonizada aunque llena de heterogeneidad que es capaz de convertir su diversidad en una riqueza.  Es un equipo flexible, con gran movilidad, recursos muy determinados y siempre atenta al entorno, filtrando muy bien sus “clientes” mercado objetivo, y con una “marca” o estilo de hacer propio y muy personal, diferente y reconocible.

Es un equipo integrado por personas con virtudes y defectos que encarnan competencias y valores que unidos generan una aplicación uniforme y convergente, que pretende fines comunes. De esta banal referencia extraemos ejemplos muy claros de contenidos que necesitamos, perfiles, potencialidades que harán de nuestros equipos y organizaciones estructuras muy capaces, versátiles y triunfadoras, además de proporcionarnos criterios para determinar qué hemos de reforzar o cuidar, o desde donde plantear y tomar decisiones.

Aunque la piedra angular es “el arte” de liderar y cohesionar esas fortalezas individuales y disponerlas para objetivos comunes que han de sentirse como propios y de cada uno, y donde la virtud de todos es reconocer las capacidades del otro, aun distintas de las propias. A mí también me sirve para ratificar que cuestiones complejas encuentran inspiración en experiencias muy sencillas o aparentemente intrascendentes…

Ángel Luis Gómez Díaz. Socio–Fundador y Director General de la Firma ÁREA, ABOGADOS Y ASESORES

SAN POLÍTICO

Aunque parezca casi mentira o inverosímil en estos tiempos, los políticos tienen patrón y Santo en el Santoral, y hubo un político santo (al menos beatificado y canonizado en su condición de tal): Santo Tomás Moro, que se celebra hoy 22 de Junio. Hoy son épocas en los que el apellido Moro se relaciona o vincula más a un excelente y recomendable vino de las Bodegas Pesquera, propio de ocasiones especiales (por su precio): Emilio Moro. Pero a lo que vamos es que los políticos y la política tienen su hueco entre la santidad por difícil y osado que nos parezca, aun cuando en realidad es muy conveniente que los políticos cuenten con “divinidades” a las que consagrarse. Si bien y principalmente la política y su mentada “casta” se ha convertido en camino y motivo de santidad para muchos sufridores ciudadanos.

Pero Tomás Moro, canonizado en 1.935 y considerado santo y mártir por la Iglesia católica, presenta episodios que encarnan los valores esenciales de la política y algunas ironías que permiten guiños muy actuales. Fue una personalidad coherente y valiente, con una extensa y profunda formación, curtida en muchas y exigentes escuelas inglesas, vinculado a lo jurídico y a las humanidades y con mentores de gran prestigio. Se mantuvo siempre firme en sus valores e ideas hasta el final, pasando de ser defensor del Rey Enrique VIII a oponerse a sus intenciones e intereses particulares, que implicaban romper con la Iglesia de Roma, declarar su Supremacía en la Iglesia Anglicana y su ruptura con el papa y la fe católica, para un fin muy personalista: divorciarse y anular su antiguo matrimonio con Catalina de Aragón y casarse legítimamente de nuevo en búsqueda de descendencia con Ana Bolena. Ante la negativa del Papa a “bendecir” este proceso, el Rey decide ese posicionamiento e impulsa una nueva iglesia a su medida. Frente a esto se sitúa Tomás Moro sin doblegarse y renunciando a su acomodada posición socio-política cercana al rey e investido de poderes relevantes. Esto le valió la condena monárquica que culminó en juicio sumarísimo con resultado de pena de muerte, que se ejecutó por decapitación en 1535, pese a la clemencia y mediación intentada por el Papa o por Carlos V.

Sí, queda clara su integridad, autenticidad y convicciones; y la parte irónica de su vida y obra relacionada con la actualidad no deja de tener su curiosidad y su mensaje, si queremos, subliminal: uno de sus principales libros fue “Utopía” donde trata problemas sociales de la humanidad haciendo gala de su humanismo renacentista y con gran predicamento entre los pensadores de su tiempo; y subiendo al cadalso para “perder la cabeza” literalmente, le dijo a su verdugo (desde la serenidad de su fe y confianza en Dios): “Le ruego, señor teniente, que me ayude a subir, porque para bajar, ya sabré valérmelas por mí mismo” (y a mí esto que me suena y me resulta fácil asemejarlo a la trayectoria de muchos o algunos de ese gremio…). Más allá de discusiones y valoraciones históricas sobre su papel ante las reformas de la Iglesia, lo que pretendo destacar es que la figura del Santo estuvo marcada por su compromiso con unos principios y valores, después de una intensa y cuidada formación, y de un recorrido y trayectoria secuenciado a través de diversos cargos y responsabilidades. Perteneciente a la clase media, fue abogado antes que político, jurista de vocación, y atesoró múltiples experiencias en sus distintos puestos, sin dejar de cultivarse, escribir…

La política es necesaria y los buenos políticos son imprescindibles. La sociedad necesita líderes, referentes y gestores y siempre estuvieron en la política grandes personalidades que marcaron los tiempos y la historia, políticos comprometidos, con convicciones, con gran generosidad… La política y los políticos, representan a la sociedad y son un reflejo de ella, de modo que se genera un bucle en el que la sociedad necesita el impulso de políticos de estado y con vocación de servir, y estos estadistas salen de esa sociedad, son su producto y resultado. En su origen del latín la política se relaciona con el ordenamiento de la ciudad y de los asuntos del ciudadano, e incluso se define como una rama de la moral (curioso también) orientada a resolver los problemas y necesidades de la convivencia colectiva en un marco libre y de hombres libres, y que debe promover la participación ejerciendo el poder para el bien común. Y propio de un diccionario es decir que el político es quien ejerce la política…

A todos debería interesarnos, ocuparnos y preocuparnos la política, a pesar o con los políticos. Creo que hay grandes políticos y servidores públicos con convicciones loables, muy respetables, formados, preparados y dispuestos para la responsabilidad. Sin embargo es innegable el desencanto y la desafectación con todo ello, y no resulta difícil identificar las causas: descrédito, desconfianza, demérito, crisis económica, desproporción, desapego, irresponsabilidad, despilfarro… Podríamos hacer muchos análisis o uno muy concienzudo… Sin embargo, lo considero más sencillo y más complicado a la vez: son personas las encarnan las responsabilidades políticas, son personas con ese “poder” de servir a todos, es su conducta, su gestión o su desacierto en ella ante las situaciones presentadas; las que han provocado percepciones y sensaciones, realidades también, como las descrita… Son ellas, quienes habrán de asumir su propia misión de transformación y cambio, son las personas y su vocación política la que habrá de revertir la indignación suscitada.

Desde luego desde su Santo y el Santoral se apuntan caminos ya muy repetidos y exigidos: el mérito y la formación, una trayectoria no sólo política y para la política, sino vital y educativa, un sentido del deber, de la responsabilidad y del compromiso, coherencia e integridad, cierto talento, y proporcionalidad… La política y los políticos representan y gobiernan a la sociedad, pero no pueden convertirse en una sociedad en sí misma, que se retroaliment y se autoabastezca y acabe interesándose principalmente por ella misma. Para ello es determinante el número, la calidad y la cualidad, ese don de liderazgo, y una formación curtida y acreditable que no necesarimente consiste en la acumulación de títulos sino en un bagaje personal y profesional completo. En general somos seres políticos, porque nos interesa y vivimos en sociedad, convivimos, y nos asociamos, opinamos y tomamos decisiones o nos afectan las decisiones que se toman.

Los malos políticos sobran siempre, los buenos políticos nunca serán demasiados, pero no puede haber ni 100 ni 200 mil buenos políticos (una estimación prudente y justificada que leí hace poco los situaba en 160.000)… Porque eso pone en peligro talentos y actitudes “tomasianas” como las del Santo “Moro”, dificultan su desarrollo, pero es que desencadena el riesgo de configurarse como un ecosistema propio, un suprasistema, con una puerta de entrada cuyas llaves las tienen los de dentro y los criterios para abrir también. Necesitamos que se instale una meritocracia consensuada, que realmente sea una “carrera” con una trayectoria previa, que tenga unas exigencias y unas compensaciones ajustadas a aquellas, que su retribución tenga que ver con sus resultados, con sus responsabilidades… Debe haber tantos como necesite la sociedad pero no tantos como necesiten los partidos. Una nueva ley electoral como menos estratos y clasificación de ciudadanos (pagamos impuestos por ser de un estado, de una comunidad autónoma, y de un municipio…somos uno y pagamos para tres); una ley de partidos que disponga su autofinanciación con procesos transparentes y auditados… Necesitamos que nos den motivo para confiar y creer, no discursos paralelos… El debate no es políticas sí o no, políticos sí o no… el debate es que necesitamos otra política de los políticos y otros políticos para la política.

Si los políticos representan a la sociedad y/o son reflejo de la misma, efectivamente deben padecer y comprometerse con ella, ilusionarse con ella, sentirse responsable de ella… Si ganamos, ganamos todos; si perdemos, perdemos todos…juntos, porque política es gestión y representación colectiva para el bien común, los sistemas son un vehículo, y la causa, las consecuencias, el problema y la solución son las personas. Hay muchos políticos que cobran mucho más de lo que merecen y hay muchos que quizás cobren menos de lo que deberían respecto de las responsabilidades y sacrificios que conlleva su cargo (precisamente aquellos que están más en candelero y con más peso a sus espaldas). Desde un punto de vista de gestión y de representación, sobran órganos, instituciones y organismos, y sobran políticos, y que no se acometa esa reducción, es un acto o gesto “anti-político”. Cierto es que destacamos más la mala política que la buena, y hacen más ruido y se concede más notoriedad al mal político que al bueno… y de lo bueno también hay mucho.

Mucho de lo que digo es reiterativo y está muy manido en general, pero como Tomás Moro, hay que perseverar, ser persistente y coherente hasta el final.. Y ya sabemos aquello de importa mucho más nuestro ejemplo y acción, que nuestra opinión, porque sólo aquella traerá los cambios que deseamos o pensamos.

Ángel Luis Gómez Díaz. Socio–Fundador y Director General de la Firma ÁREA, ABOGADOS Y ASESORES.

¿Y QUIEN NOS CONTROLA A NOSOTROS?

La figura del Empresario es una figura muy importante en nuestra sociedad, ya que sin empresarios y empresas no existiría el mundo globalizado tal y como lo conocemos hoy. Todo el mundo habla de los empresarios y de las empresas, pero nadie habla ni se preocupa de la gran responsabilidad que llevan a la espalda y tampoco del estrés al que están sometidos en su gestión. Es en este punto donde nace el “Controller”.

¿Y qué es un “Controller”?

Pues bien, un “Controller” es un servicio que nace con la vocación de ayudar a los profesionales, administradores y empresarios de todo tipo de sectores a que el peso de la responsabilidad sea menor en todos los ámbitos, y a su vez constituya una ventaja competitiva frente a los que no cuentan con este servicio.

Es una herramienta más al servicio de las empresas para ayudarlas en su gestión diaria, con el objetivo de facilitar a las Empresas y sobre todo a los Empresarios la tarea de la gestión y la supervisión.

Muchos de ustedes ya habrán oído hablar de esta herramienta incluso alguno la usará en su empresa o negocio, pero como todos los servicios y herramientas evolucionan, al igual que nuestro entorno y nuestras necesidades. Cuando usamos el término “Controller” ya no nos referimos exclusivamente al Controller de gestión financiera, ese servicio se ha quedado obsoleto y no abarca todas las necesidades de los empresarios ni responde al entorno actual de las empresas.

El “Controller” actual es mucho más que una simple herramienta para la gestión financiera de la empresa, es una herramienta completa que sirve para la gestión de la empresa, tanto financiera como jurídica. Es un servicio que aminora el peso de la responsabilidad mucho más que el mero controller financiero. Permite tener controlada tu empresa en todos los aspectos financieros y legales, algo más completo y útil. Un elemento diferenciador capaz de dar una ventaja competitiva a aquellos empresarios y empresas que sepan manejarlo de forma adecuada.

Esta figura toma mayor importancia, tras la reforma del Código Penal del año 2010, y será aún más relevante si finalmente se aprueba el Proyecto de Ley del Código Penal que actualmente encuentra en trámites en el Congreso de los Diputados, concretamente en la Comisión de Justicia para enmiendas.

¿Qué tiene que ver esto con el “Controller”?

La reforma del año 2010 introdujo el art. 31 bis del Código Penal , donde aparece por primera vez la responsabilidad penal de las personas jurídicas con todo lo que ello conlleva. Asimismo, la actual reforma tal y como esta planteada modifica dicho artículo y lo amplía exonerando a la persona jurídica y a sus administradores de dicha responsabilidad, siempre y cuando hayan adoptado antes de la comisión de cualquier delito modelos de control y gestión que incluyan medidas para prevenir la comisión de los delitos dentro de las empresas , así como hay que destacar la aparición de nuevos delitos que afectan a la persona jurídica y a sus administradores como son el delito de corrupción en los negocios y el delito de concurso punible o bancarrota.

Siendo aquí, dónde entra la figura del “Controller” interno un servicio integro, que no solo supervise la gestión financiera, que también es importante, si no que además diseñe un modelo de prevención eficaz que evite esta responsabilidad penal y exonere al empresario y a las empresas de la misma en caso de que se pudiera cometer alguno por parte de sus representantes en el desempeño de actividades por cuenta y beneficio de la empresa. Así como, una herramienta que se encargue de toda la supervisión y cumplimiento legal, ya no solo de la normativa penal, si no también de la normativa civil, mercantil, laboral… Sin olvidarnos nunca de la gestión financiera también muy importante y por todos conocida, pero integrada dentro nuevo servicio mucho más completo e integro.

El servicio del “Controller” no es otra cosa que una herramienta que se pone al alcance de las empresas con el objetivo de facilitar su gestión y reducir el peso de la responsabilidad de los administradores de las mismas, así como ayudar a los mismos a adaptarse a los cambios y necesidades del mercado y del ordenamiento jurídico.

Diego Miranda Gómez. Departamento Jurídico de la Firma ÁREA, ABOGADOS Y
ASESORES

YO SOY DE BOLONIA

¿Bolonia? ¿Qué es Bolonia? Hasta donde yo tenía entendido Bolonia era una bonita ciudad italiana que acabó dando nombre al plan de restructuración más famoso y polémico de la universidad española y europea.

El famoso Plan Bolonia era mucho más antiguo de lo que muchos pensábamos. Nació allá por 1999 en la ciudad que le da nombre, cuando todos los miembros de su primera generación estábamos haciendo la primera comunión. En ese momento los ministros de educación de los países miembros de la por entonces Comunidad Económica Europea decidieron crear el Espacio Europeo de Educación Superior con el objetivo de armonizar y mejorar la universidad europea.

Diez años después empezaría el primer curso del plan Bolonia en muchas de las universidades españolas, en un clima de polémica y muchas críticas por parte de los estudiantes y profesores. Nadie consiguió parar aquello; y fruto de ello somos la primera generación de Bolonia, los primeros “Graduados”. Pero, ¿realmente las críticas surgieron por el contenido del Plan o por el miedo a cambiar, evolucionar y avanzar?

En mi opinión existe un miedo al cambio en la sociedad, todo el mundo se acomoda y no le gusta cambiar y evolucionar a lo desconocido, sin ni siquiera dar una oportunidad a los cambios para ver si son positivos o negativos. Las personas tendemos a ponernos a la defensiva en cuanto escuchamos la palabra cambio.

A día de hoy mucha es la gente que sigue criticando el nuevo modelo y defendiendo el antiguo. Es obvio que el nuevo tiene bastantes deficiencias y que es mejorable, pero también es cierto que tiene muchas cosas positivas y buenas de las que nadie habla. ¿ Podemos pensar que los planes de estudios de los años 50 y 60 se adaptan a la realidad, las necesidades de la sociedad y el mundo laboral actual?

Realmente por mucho Plan Bolonia que se haya instaurado , las cosas han cambiado, pero ni tanto como parecen ni tanto como se necesita; porque muchas veces los cambios dependen de las personas, y cuando las personas que tienen en su mano cambiar y progresar no quieren, es inútil. Por eso el progreso de la universidad en gran parte depende de las ganas y la pasión de los profesionales que la conforman, y se podrán hacer planes en una línea o en otra; pero lo fundamental es trasmitir y sensibilizar a las personas sobre la necesidad de avanzar hacia el futuro e innovar.

Se podrá estar a favor o en contra de ciertas cosas del Plan Bolonia, se podrá mejorar o empeorar, pero en mi opinión hasta cierto punto ha sido positivo en la universidad. Gracias a él ha habido personas que han visto la posibilidad de avanzar y de usarlo como una herramienta orientada hacía el futuro, como una oportunidad para dar una formación más práctica, útil e innovadora.

Que más dará ser Licenciado que Graduado. Lo importante no es el nombre, si no la persona que hay detrás de ese título, sus conocimientos, capacidades, valores, y sus ganas de aprender.

Termino mi reflexión haciendo hincapié en la idea de cambiar, mirar hacía delante e intentar avanzar hacía el futuro sin miedo a los cambios. Los cambios pueden ser buenos o malos, pero para descubrirlo hay que experimentarlos. Dicho esto, Bolonia puede ser mejor o peor, gustar mas o menos; pero la realidad es que la Universidad algo ha cambiado o lo esta intentando poco a poco, y en mi opinión de forma positiva aunque considerablemente mejorable. Y si no hubiera sido por el Plan Bolonia y por este pequeño avance en la Universidad probablemente yo no hubiera podido tener esta oportunidad de experimentar y conocer el mundo laboral, ni seguramente usted estaría leyendo esto, así que para bien o para mal, con sus pros y sus contras yo soy de Bolonia.

Diego Miranda Gómez. Departamento Jurídico de la Firma ÁREA, ABOGADOS Y ASESORES.

COLEGIOS DE ABOGADOS: ESTANDARTE O ADORNO

(…) Y desde esta última consideración me permito enlazar con el posicionamiento estratégico de los colegios de abogados en la sociedad, que es el eje central, vertebrador e informador de lo que debe ser y hacer el colegio hacia sus colegiados y hacia la ciudadanía que los contempla. Y en este sentido, se echa de menos un debate interno y previo sobre el sentido de la institución, sobre su significado… que le lleve a desprenderse de esa inercia que lleva a los colegios a repetirse cíclicamente, en sus actos, en sus formas, en sus contenidos, en su organigrama… como si fueran estaciones meteorológicas. Y esa reflexión del alma de la institución debería orientarse a buscar la identidad y el sentido mismo de los colegios profesionales, en los que el mapa de recursos, los servicios, deberían ser un elemento accesorio y secundario, si acaso diferenciador y si me apuran proporcional y adaptado a las necesidades de los usuarios, apartándose de la estandarización, de los arquetipos… porque el servicio y las prestaciones del Colegio de Madrid para el letrado ejerciente en esa comunidad no puede ser el mismo que el adecuado para el letrado de Herrera del Duque dependiente del Colegio de Abogados de Badajoz. Los servicios deberían ser el adorno de la institución, nunca su seña de identidad, salvo que se entendiera como servicio (que podría serlo) la representación de la profesión misma. Pero para que esta acción fuera aceptada como el servicio y no como un servicio más desarrollado desde una dinámica anodina, se requiere una interiorización comprometida del sentido mismo del Colegio como bandera del “ser” letrados. Y ese “ser” es el que hay que definir y asimilar concienzudamente, porque la potencialidad de los Colegios pasa por centrarse en solidificar y dar firmeza al colectivo, a la masa, en dar pautas de identificación inequívocas de los valores que configuran el ejercicio profesional para estima de la sociedad. Los colegios tienen la misión de ser el escaparate de los principios esenciales de la abogacía, y de que tales principios sean percibidos y reconocidos por la sociedad. Por ello un marketing humanista y humanizador, cuidadosamente elaborado y ejecutado, sería uno de los cometidos básicos de los colegios en el espectro de tareas propiciadas por asumir esa misión social en pos de un reconocimiento actualizado de la abogacía.

A mayor abundamiento de todo ello, esa definición y proclamación incesante de los elementos definidores del “ser” letrados, tendría efectos extrínsecos e intrínsecos. Entre los primeros: serviría para transformar en visible la realidad de nuestra profesión, abrir nuevos horizontes de aprecio social, marcar líneas delimitadoras de la extensión que alcanza el ejercicio de la abogacía, rompería estereotipos que encorsetan la práctica profesional y suponen un terreno abonado para el intrusismo y la competencia desigual con otros sectores que son percibidos de forma más próxima al ciudadano (abogados para los pleitos), proclamaría un posicionamiento estratégico unido al fin social de la profesión, al sentido mismo del ejercicio, implicaría una justificación cualificada de la práctica profesional del colectivo que se ajustase a los cánones filosóficos y éticos definidos por la institución. Y para ello me atrevo a sugerir que los colegios deben recurrir a la profesionalización especializada de su organigrama, a destinar recursos ingentes en materia de comunicación, de promoción, de marketin y representación; a desarrollar programas propios destinados a informar y a formar la opinión pública sobre lo que somos y hacemos como letrados, sobre lo que nos identifica, define y califica; a promover estrategias que denoten nuestro peso en la sociedad, nuestra presencia en los foros de debate legislativo y judicial más allá de valoraciones o intervenciones ulteriores; a implementar mecanismos de diálogo social, herramientas propias que movilicen de forma proactiva a la sociedad, a los colegiados, a los poderes ejecutivos en la dirección que justificadamente propongamos… El respeto y el prestigio de nuestra profesión no debe residir en grandes edificios, glamurosos actos, ni la representación de la misma puede dejarse a la deriva de intervenciones o imágenes más o menos afortunadas de cualquier ejerciente; sino que serían el compromiso social, la conciencia colectiva, la identificación y la defensa de unos valores y principios, la cercanía al problema y a los afectados, la accesibilidad, los que habrían de sostener y amparar la estima social de la profesión, su consideración. Los colegios profesionales de abogados no pueden ser elementos recurrentes de la evolución normativa y social, sino instituciones reivindicativas, representativas, proactivas y coordinadoras; plataformas de debate, de diálogo, “turbinas” del sistema; fábricas de propuestas… Los abogados no sólo debemos ser estudiantes de nuevas leyes, sino precursores de normativa útil… y lo debemos ser como institución, como colectivo. La representación de la profesión radica notoriamente en nuestros colegios, no en determinados profesionales o firmas por grandiosa que sea su reputación o su prestigio. Lo que planteo y propongo con cierto atrevimiento pasa por desechar el desfile de “togas blanqueadas” en que a veces se convierten los colegios, en erradicar el papel de “lobby” que se atribuye a las directivas con todos los matices de “política colegial”, dar un vuelco a las motivaciones que presuntamente pueden mover a los cargos colegiales incentivando mucho más el rol de representatividad del colectivo y eliminando ese perfil promocional y honorífico de los puestos de responsabilidad. Y ello pasa por la citada profesionalización, por la dedicación exclusiva de los cargos directivos, por la elaboración de planes estratégicos, por un discernimiento interno sereno y extenso… y a lo mejor hasta por vender edificios para atesorar recursos en pos de otras prioridades. Se pretende actuar sobre la percepción de la sociedad desde la revolución interior del colectivo.Y no se me olvidan los efectos intrínsecos de subrayar y enaltecer los aspectos definitivos del “ser” en la profesión, que tienen que ver con la competitividad del colectivo, con la discriminación de las prácticas poco éticas o leales, antideontológicas; con una mayor uniformidad a la hora de presentarse a la sociedad; que implican la asimilación de unos pilares imprescindibles de la práctica profesional; que suponen ceñirse a unos parámetros consensuados que marginan las conductas y comportamientos que dañan la profesión, y van creando un camino común, un sentimiento de unidad, y unos perfiles de identificación y catalogación que simplificarán las justificaciones ante la sociedad de nuestro ser y nuestro hacer. (…)

Extracto de un artículo de Ángel Luis Gómez Díaz. Socio–Fundador y Director General de la Firma ÁREA, ABOGADOS Y ASESORES. Presidente de AJE y Secretario General de CEAJE

EL “PUERTO SEGURO”

 El pasado 8 de marzo, se publicó en el BOE el RD-Ley 4/ 2014, una reforma muy esperada por empresarios y por administradores concursales, que han visto como en los últimos años se han cerrado empresas con viabilidad operativa, pero ahogadas financieramente. Se hacía imprescindible dar mayor cobertura legal a las negociaciones de refinanciación y reestructuración de deuda empresarial, que evitaran a la empresa entrar en el temido concurso.

Esta reforma no pretende, por tanto, cambiar el Concurso en sí, asumiendo de esta manera que las empresas que se vean obligadas a presentarlo, en un gran porcentaje, se verán abocadas a la liquidación, todo ello a pesar de que la vocación de la Ley Concursal es buscar la viabilidad alternativa de la empresa.

En base a lo anterior, y a la más que dura realidad sobre el cierre de empresas en concurso, el RD-L va encaminado a mejorar el proceso de negociación de refinanciación en la fase pre-concursal. Es decir, viene a consolidar las formalización de acuerdos entre empresa y acreedores, que garantice la viabilidad de la empresa y las posibilidades de cobro de los acreedores, y evite la solicitud del Concurso. Tal y como dice el propio Decreto: construir “un “puerto seguro” que permita la negociación directa del deudor con uno o más acreedores”.

La base de esta reforma profundiza en a) favorecer los mecanismos para que la deuda pueda transformarse en capital; b) el inicio de negociaciones puede permitir la suspensión de ejecuciones judiciales de bienes que resulten necesarios para la actividad profesional; y c) garantizar estos acuerdos entre partes, siempre y cuando el resultado de la negociación suponga una mejora clara de la posición patrimonial del deudor y no minore los derechos del resto de acreedores.

Esta reforma pone claro sobre oscuro en algunos temas que desde hace tiempo, algunos venimos defendiendo:

-en toda negociación ambas partes deben estar dispuestas a perder parte de sus derechos,

-el objetivo de las refinanciaciones será siempre la viabilidad de la empresa, y

-ante una empresa con un proyecto económico adecuado, la financiación no debe ser un negocio en sí mismo sino un medio para conseguir un fin.

Ahora queda lo más difícil, poner a prueba toda esta teoría y comprobar que realmente es eficaz contra el cierre de nuestras empresas. Ojalá no hayamos llegado demasiado tarde.

 

Pilar Alonso Díaz, economista y responsable de fGlobal-Outsourcing Financiero Empresarial

UNA SOLA PALABRA

Hace casi cuatro años me preguntaron cuál sería la palabra sin la que no podría vivir o qué hacía mi vida completamente diferente… Y, siendo persona de reflexión y maduración, contesté al instante: “PAPÁ”… Pocas veces, incluso después del tiempo, he estado tan seguro de una respuesta y, desde aquel día, me la repito con frecuencia, de modo que en todas las ocasiones me ratifico contundentemente en ella.

Que mis hijos me llamen, escuchar esa palabra de su voz, es mi modo de vida, lo que cambió y cambia lo que hago, cómo lo hago, porqué lo hago y para quién tiene sentido mucho de lo que hago. Eso no implica renunciar a la propia individualidad, sino más es una motivación inmejorable para alimentarla, cultivarla, evolucionarla… Mi ser es más completo con y para esa palabra y las voces que la lloran, ríen o chillan…

Es fácil apasionarse hablando o pensando de nuestros hijos, porque son esos pedacitos de vida propia, de nuestro propio “ser”, son un milagro incomparable de nuestra existencia, el motivo para todo, y la razón de casi todo… Pero es imprescindible asumir que aun siendo nuestros no son para nosotros, son para el mundo, para la vida; es importante asimilar que aun siendo un regalo y hasta un don, no son una propiedad… de ahí su extraordinaria dimensión como acto de generosidad. Nada hay más generoso que dar y crear vida.

Hace poco leí un reportaje en una revista sobre Matheu Mcconaughey, que a partir de ese día cambia mi percepción sobre él al respecto sin predilecciones especiales, porque en la entrevista central del reportaje citado afirmaba que él se hacía reiteradamente la pregunta de si era buen padre, y que responderla positivamente era esencial para avanzar y enfrentarse a todo lo demás. Rico, guapo, famoso, triunfador, envidiado… y expresa abiertamente que la piedra angular es su condición de padre y cualidad como tal. No es que sea mi ídolo, ni lo propongo necesariamente como tal, pero sí es muy reseñable que esa condición es un anclaje vital de tal magnitud que en ámbitos de referencia quizás frívola o superficial, tiene calado y presencia concreta, es un símbolo de “humanidad” que aproxima todo. También la historia cuenta que Felipe II le recomendaba a su hijo Felipe III que no se encariñase con sus hijos hasta que no cumplieran cierta edad, por los riesgos de fallecimiento prematuro… hoy vivimos desde su nacimiento pendientes de su futuro y preocupados y ocupados con nuestro presente, y los hijos necesitan y demandan nuestra vida con ellos por encima de todo… y qué difícil es, pero qué necesario descubrirlo y gestionarlo.

Estas líneas se quedarían muy cortas para mí si hubiera optado por describir lo que son y significan mis hijos en mi vida, porque hasta las letras son insuficientes cuando se trata de ello, dado que las palabras se inventaron después de la vida, y son consecuencia de ella, y por tanto son escasas ante una dimensión de ellas que personifica, dignifica y magnifica los sentimientos y los hechos: nuestros hijos. Tenerlos es mucho, todo o casi todo, te hace mejor por ti y para ellos… Desde la responsabilidad y el amor, son refugio y motivo, descanso y cansancio, satisfacción y preocupación,.. Pedacitos de ti, trozos de nuestra máxima capacidad de querer…

Y todo este rollo del Mcconaughey y de emociones, como antesala de una visión que propongo y que realmente me creo: vernos como padres, ver a los demás como padres de sus hijos, ser capaz de empatizar en ese punto en común con aquellos o aquellos con los que compartimos ámbitos diversos, más tensos o fríos… Restaría una inmensa carga de conflictividad al mundo y a nuestro modo de gestionar las relaciones. Yo lo intentaría… hay poco que perder y mucho que ganar, y hasta me parece fácil, hablar o pensar con otros y en otros como padres, y desde ahí construir soluciones. El ser vivo procrea por naturaleza, y ama su obra por inercia consustancial… Eso es algo que compartimos, en lo que coincidimos. Percibir y apreciar al “papá” que hay en el prójimo nos permite abordar la parte más humana de cualquier comunicación.

También hace un tiempo una compañera tras una negociación fuerte, me confesaba que ella se fijaba en las “actitudes familiares” de los demás para catalogarlos, es decir, en cómo eran como padres, madres, esposos o esposas para clasificarlos y gestionar la comunicación con ellos. Y esto me refuerza en mi propuesta de la “solución PAPÁ”… Mary Poppins tenía su “supercalifragilístico espialidoso” para propiciar el optimismo y la creatividad. Yo me repito y guardo en la caja fuerte de mi memoria y mi corazón, o sea, en mi alma, las voces de mis pequeños llamándome “papá”, para afrontar y regresar de cada reto… Papá es mi palabra, para siempre y desde siempre, porque su verdadera dimensión me la da también ser hijo, y necesitar y desear poder decir todavía, cada día, yo mismo: papá…

Papá es un camino, una palabra sanadora, una solución, pero sobre todo es un “ser” que lo impregna todo.

Ángel Luis Gómez Díaz. Socio–Fundador y Director General de la Firma ÁREA-ABOGADOS Y ASESORES. Presidente de AJE y Secretario General de CEAJE