Hoy, 21 de enero, se celebra el Día Europeo de la Mediación, en conmemoración a la aprobación en 1998 de la Recomendación R (98) sobre Mediación Familiar por el Comité de Ministros del Consejo de Europa.
Hace 23 años de aquello. Casi 9 años de la aprobación de la Ley de Mediación Civil y Mercantil en España. Es decir, ya podemos sacar números con una cierta fiabilidad y perspectiva. En España, el hecho de que el propio Consejo General del Poder Judicial los recoja en su página refleja dónde queremos encuadrar esta materia formalmente, y la entidad real que pretendemos darle en nuestra estructura. Hay que recordar que el INE también recoge datos relativos a Mediación, Arbitraje y Conciliación, pero en realidad se refieren solo al ámbito laboral; teniendo en cuenta que este trámite es ineludible para acceder a la vía laboral.
Las cifras de derivación a la mediación recogidas desde 2009 – referidas a la mediación intrajudicial -, han bailado arriba y abajo; pero objetivamente se puede afirmar que en todas la comunidades autónomas ha habido un aumento sensible desde el año que menos mediaciones se han derivado y las derivadas en 2019 (último año con datos recogidos, aunque no el año con las cifras más altas. Aún así, insistimos, el aumento es reseñable).
Así, en 2019 las Comunidades Autónomas que mayor derivación intrajudicial han hecho han sido Cataluña, Valencia y Andalucía, aunque no haya sido el año con las cifras más altas (en Cataluña se dieron en 2016, en Valencia en 2015 y en Andalucía en 2014). Lo cual está alineado con el respaldo que estas comunidades han dado a la mediación desde distintas instituciones, administración, universidad, profesionales….. No hay que olvidar que Cataluña, por ejemplo, tiene su propio Libro Blanco de la Mediación, editado en 2011; y acaba de establecer el pasado 20 de noviembre de 2020 el carácter obligatorio de la sesión previa de mediación en conflictos familiares.
Resulta curioso también comprobar las cifras resultantes de esta derivación en relación al número de habitantes de cada comunidad, pues podría resultar lógico pensar que quienes más habitantes tienen pueden derivar más; pero no es así. Utilizando estos datos de 2019, en relación a los datos poblacionales que refleja el INE para ese mismo año, comprobamos que las provincias que en relación a su población mayor porcentaje de derivación intrajudicial han realizado son Cantabria, Murcia y Galicia. Hay que recordar que Murcia es pionera en mediación intrajudicial, y se mantiene gracias a la voluntariedad de los mediadores adscritos al servicio. Es decir: a pesar de todas las dificultades, gracias al inestimable esfuerzo de los numerosos adeptos incondicionales que tiene, el recurso existe, y como tal se utiliza.
La ley de mediación hizo surgir un fenómeno promediación por el que aparecieron en el mercado numerosos masters y cursos habilitantes que intentaban legitimarse como los mejores, más completos y competitivos para quienes ostentasen sus títulos. Y profesionales de distintos colectivos se lanzaron en masa a formarse como mediadores. Muy a menudo empatizando con el sentido de la mediación, pero también para no perder una oportunidad laboral que se dibujaba como el nuevo nicho emergente. Algunas veces, afortunadamente las menos, sólo para no perder esta oportunidad.
Y aunque este fenómeno levantó lógicas reticencias y suspicacias entre algunos de los profesionales que para entonces ya se encontraban inmersos en el complejo mundo de la Resolución Alternativa de Conflictos, lo cierto es que, aunque un porcentaje muy alto de esas primeras hornadas de “mediadores habilitados” no terminaran ejerciendo como tal, por desmotivación o porque esta actividad por sí sola no les permitía vivir de ella, como la mejor de las campañas de marketing y comunicación realizó una importante labor de divulgación y sensibilización en nuestra sociedad; haciendo que la mediación llegase a gente que jamás había oído hablar de ella, o que jamás se hubiese planteado recurrir a ella… Y de pronto, aunque fuese por curiosidad, preguntaba para saber.
Lo cierto es que hoy muchos de los que estaban continúan. Grandes profesionales de la MEDIACIÓN con mayúsculas, que han volcado todo su buen hacer en estudiar, investigar y formar a los muchísimos convencidos de la mediación que hay en nuestro país. Es imposible nombrar en este humilde artículo a todos, pero me voy a permitir la licencia de nombrar un simple ejemplo de algunos de los que mayor impacto han conseguido, y que cuentan con el respaldo de los compañeros de profesión y de los siempre aprendientes, como yo, que les identificamos como referentes.
- La Asociación Madrileña de Mediadores AMMI fue una de las primeras en realizar una labor fundamental de apoyo a la Mediación con impacto en toda España; con premios a la labor de otros profesionales e iniciativas para impulsar el compromiso activo de otras instituciones de nuestro país.
- El blog amediar.info, que nació en 2013 con espíritu absolutamente colaborativo para dar voz a la mediación y a sus profesionales, y ha sabido adaptarse a los tiempos sin perder ese espíritu de escucha activa y aportación.
- Como profesional de la mediación, desde el máximo respeto a otros profesionales que también reseñaría en este punto, pero he decidido elegir solo a uno, Javier Wilhelm. Lleva muchos años volcando su potencial profesional en entornos educativos y proyctos relacionados con la mediación, y tiene merecido reconocimiento de sus compañeros de profesión, alumnos y amantes de la mediación.
- FAPROMED, GEMME…
Por ellos, y tantos como ellos, Administraciones y Corporaciones con capacidad para movilizar y cambiar estructuras y funcionamientos tienen la responsabilidad – que yo llevaría a obligación – de dar un paso más en los retos que nos planteamos en cuanto a la mediación: Ya no se trata de que se conozca, ni de firmar acuerdos de voluntad y buenas intenciones: se trata de que se le dé su lugar, su reconocimiento, la definitiva profesionalización de este perfil, la dotación de recursos a su estructura, insertada como se encuentra en una fase pre o intraprocesal. Y la transformación de tantos proyectos pilotos en proyectos definitivos, como anteriormente indicábamos en el caso de Murcia. En primera palabra, este artículo: «La mediación ha muerto, que viva la mediación».
Hay que dar pasos. Y que en los próximos 10 años el reto que nos tengamos que plantear sea un nuevo hito en este camino hacia la Cultura de la Paz. Así sea.
Yolanda Aparicio Fernández. Organización y Personas. Proyectos.
OTERO distingue tres grandes momentos en la evolución histórica de la resolución de los conflictos, un primer momento inicial en el que encontramos en las culturas la figura de un tercero con autoridad reconocida para resolver los conflictos entre particulares, un segundo momento en el que existieron diferentes foros a los que acudir pidiendo justicia, y un tercero en el que aparece el poder judicial institucionalizado.
Existen mediaciones célebres de este tipo realizadas muchas de ellas por sacerdotes o prelados que por su presumible talante de hombres de paz y por la autoridad moral que se les suele conceder, fueron desde los comienzos de la historia mediadores por excelencia. También en ocasiones los reyes o emperadores intentaban actuar como el llamado hombre de paz.
Un par de ejemplos son la realizada en 1648 entre Austria y Francia por el Papa Inocencio X o la gestionada en 1866 entre Austria y Prusia por Napoleón III.