Muchos intentan predecir o prever lo que puede venir después de esta pandemia histórica. Algunos utilizan los períodos de postguerra o las grandes depresiones para establecer referencias. Y habrá algunos paralelismos útiles, pero partimos de un estado previo del bienestar que, efectivamente, lo era para muchos. El afán será retomar mucho de eso que hemos perdido; y lo ideal sería sumar lo que esta situación nos haya enseñado y aportado (el valor del hogar, la viabilidad de limitar determinados consumos, la calidad de lo local y cercano, la limitación de desplazamientos, la eficacia del trabajo a distancia…). En esos períodos post traumáticos se tendía a una socialización intensa, la gente se lanzaba a la calle a recuperar el tiempo perdido… Pero lo cierto es que aun con su intensidad y crudeza, y sus limitaciones indiscutibles y sus riesgos evidentes, la experiencia no va a ser tan dilatada en el tiempo, aunque sí va a anclar sensaciones y hábitos en nosotros que han llegado para quedarse o modificar conductas.
El riesgo existe aunque no lo veamos y, lo que es peor, no lo sintamos; lo que nos hace bajar la guardia. Nos encontramos inmersos en un mar de rebrotes que amenaza con nuevos confinamientos que se vaticinan como la deblacle que ya no seríamos capaces de afrontar. La Generalitat ha confirmado la vuelta a la Fase 0 de ocho municipios, entre los que se encuentra Lleida. Y en Extremadura, a pesar de contar con núcleos de muy poca población y sin incidencia en COVID19, nos vemos obligados a, salvo situaciones excepcionales, llevar siempre mascarilla, tras los rebrotes de Navalmoral de la Mata y Badajoz.
Por ello, apelando a la prudencia especialmente necesaria en estos tiempos, resulta oportuno haber empezado a entender que los tiempos definitivamente han cambiado; y que hay cuestiones que mejor antes que después debemos empezar a interiorizar:
- El teletrabajo se ha acreditado como mecanismo eficaz que ha incentivado y acelerado definitivamente la digitalización de las empresas. Y se postula ya como elemento esencial y sustancial en la interacción operativa con clientes, proveedores, empleados… Para ello seguirán mejorando las herramientas tecnológicas y se intensificará la disposición y la cultura de uso. Si bien hay actividades que no lo permiten, otras muchas sí.
- Lo anterior implicará la necesidad de pautar la presencialidad, que me parece imprescindible aunque mucho más selectiva. Esto es, las reuniones internas y externas presenciales serán más excepcionales pero tendrán que ser porque es necesario cultivar también los componentes de la relación personal sin pantallas y esa identidad que solo se cultiva con la cercanía física. Pero todos vamos a aceptar y asimilar que en las relaciones profesionales y empresariales la comunicación por videoconferencia va adquirir mucho protagonismo hasta irse naturalizando.
- También en el mismo hilo de causa y efecto cabe situar la necesidad de que las casas cuenten con espacios específicos y adecuados para trabajar y la adaptación del entorno físico y personal asumiendo y respetando esa realidad. Y la inversión de las empresas irá más orientada a habilitar esos espacios o contribuir a ellos, que a dotarse de grandes sedes y oficinas. Todo ello redundará en un impulso de la flexibilidad laboral y la autoorganización y del trabajo por objetivos y resultados. De hecho, puede motivarse un repunte de la inversión en las casas y sus dimensiones y condiciones.
- En general se desacelera la globalización y vamos a asistir un proceso de mayor localización. Los negocios locales van a tener una nueva oportunidad para competir con producto y servicio y reinventarse. Y los grandes distribuidores van a diversificar y buscar proximidad alternativa en sus proveedores.
- Se reconfigurarán los eventos con una tendencia masiva a lo on line, al estreaming, a eventos mucho más selectos y exclusivos, más especializados y a medida cuando sean presenciales. Y lo mismo con la formación donde definitivamente se impondrá el formato virtual en todas sus variables y proyecciones.
- La restauración se va a resetear. Van a cambiar los aforos de los bares y restaurantes que estarán más limitados, y todos tendrán que activar sus ofertas de servicio a domicilio, y el “take away” será componente esencial. Ello repercutirá en los alquileres de locales y sus condiciones y precios porque las rentabilidades se tendrán que revisar y adaptar. Algo parecido ocurrirá con otros espacios lúdicos como los deportivos (gimnasios)
- La Administración también deberá sufrir un reciclaje definitivo e inaplazable en su eficiencia y aplicación tecnológica. No hay más margen. Algunas Administraciones llevan mucha ventaja. Otras están en la prehistoria. Y ello se ha visto agudizado por autonomías y ha evidenciado disfunciones intolerables que han abundado en desequilibrios y desigualdades. La presentación electrónica de escritos y la tramitación de los mismos por esa vía no es una opción, sino que se convierte en obligación. Lo mismo que las firmas digitales de todos los operadores del mercado y también de los ciudadanos. Los buzones electrónicos se van a imponer y convertir en los únicos.
- Los desplazamientos se van a optimizar y reducir al máximo y eso será mucho más sensible en las grandes ciudades. Y de aquí surge una obligación de las Administraciones de inversión para facilitar modos saludables de circulación y desplazamiento: vías más cómodas para peatones, carriles bici…
- Especial mención a la proliferación de la liberación de muchos servicios y profesiones, esto es, al trabajo encapsulado y a distancia. Estando y muy específico. Por encargo y cotizado por cada profesional o especialista que lo desarrollará en formato freelance.
- El turismo será eminentemente nacional y tardaremos en volver a los viajes internacionales y a sentirnos cómodos fuera de nuestras fronteras y al revés.
Y me detengo en el tema de la Administración de Justicia. La situación clama transformaciones ineludibles y oportunidad de reformularse. Para ello debe despojarse o suavizar inercias garantistas paralizantes e ineficientes y dotarse de tecnología, medios, e innovar en recursos, conceptos y mentalidad. Fomentar los formatos a distancia pasa por un mecanismo seguro y fiable en formato digital que mejore lexnet; declaraciones y juicios por videoconferencia, conclusiones mediante vídeos; trasladar a tramitación escrita acelerada y sumaria todo lo posible; la mediación como mecanismo previo obligatorio y validante para cualquier procedimiento con instituciones acreditadas al efecto y mediadores altamente cualificados y prestigiados y un protocolo de desempeño estandarizado; recurrir a la inteligencia artificial supervisada para asistir a jueces y fiscales en su labor; implicar a la abogacía en la mediación y las soluciones extrajudiciales; y la resolución automatizada de conflictos estrictamente de reclamación de cantidad; la simplificación y agilización de las notificaciones con la implantación radical de los buzones electrónicos; la inhabilitación de agosto pero el control de eficiencia y de los ratios de funcionamiento del resto de meses incluidos julio y septiembre, impidiendo que los altos funcionarios tomen vacaciones fuera del período inhábil.
Porque ya no estamos confinados, pero el virus continúa.
Ángel Luis Gómez Díaz. Socio–Fundador y Director General de la Firma Jurídica ÁREA, GRUPO BÁLAMO.